Sebastián Peratta tuvo un partido tranquilo. Después de mucho tiempo el arquero pudo terminar con la valla sin goles y además no se lo exigió demasiado. “¿Ya era hora no?”, bromeó.
—Por fin un partido sin recibir goles…
—Es cierto, ya se había hecho una mala costumbre. A nadie le gusta que le anoten tanto y por más que la responsabilidad era de todos, en lo personal me generaba bastante calentura.
—Además de no haber recibido goles, no tuviste mucho trabajo.
—Jugamos un gran partido. Hubo compromiso, manejamos bien los momentos y hasta merecimos una diferencia mayor, pero somos Newell’s y nada se consigue sin sufrir.
—En el descuento casi lo empata Grazzini, ¿qué pensaste cuando apareció tan solo?
—Se me vino a la cabeza la película del torneo. Por cómo habíamos jugado no podía ser que no ganáramos este partido. Pero cuando vi que le quedó la pelota de frente al arco pensé: “Otra vez la misma historia”. Por suerte esta vez teníamos que ganar, estaba escrito.
—¿Genera alivio haber podido ganar?
—Necesitábamos ganar para volver a creer en nosotros. Como equipo no nos estaban saliendo las cosas y vernos últimos en la tabla no era muy agradable. Creo que mejoramos mucho, en todas las líneas. Estuvimos concentrados, nos cometimos errores y así es más fácil que el resultado acompañe.
—¿Sentías que los rivales les habían perdido el respeto?
—En parte sí. La realidad es que estábamos de oferta. Cualquiera venía y nos ganaba. Por eso es importante haber conseguido una victoria.
—Resulta imposible no relacionar el triunfo con la concentración prolongada que propuso Torrente esta semana.
—Sí, puede ser. Pero sería injusto pensar que conseguimos los tres puntos porque concentramos unos días más. No le ganamos a All Boys por estar más concentrados, ni perdimos otros partidos por no estarlo. Si el técnico cree que este sistema nos va a ayudar, bienvenido sea. Si algo no se le puede reprochar a este plantel es predisposición al trabajo.
—Entonces, ¿qué cambió?
—No nos equivocamos, anotamos de pelota parada, mantuvimos la valla invicta. Pasaron muchas cosas que no sucedieron en partidos anteriores y el conjunto de esas pequeñas cosas nos llevaron al triunfo. ¡Ojo! No fuimos unos fenómenos, pero nos parecimos más al equipo de otros años que era incómodo para cualquier rival.
—¿El objetivo es al menos no terminar el torneo en el último escalón de la tabla?
—A nadie le gusta estar último. Tampoco sirve de mucho decir “vamos a sacar tantos puntos” si a esta altura apenas tenemos once. Hay que seguir por este camino y sumar. Que este partido no haya sido una casualidad.