El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha sufrido «un retroceso muy amplio» en las elecciones municipales y regionales» celebradas en España.
Esta derrota, dijo, tiene «una clarísima relación con los efectos de la crisis económica» que azota al país desde hace tres años y afirmó que «el castigo en las urnas lo asumimos y los entendemos», pero afirmó que no adelantará las elecciones generales.
Con el 94,11% de los votos escrutados, el PP logró un 37,58% de los votos frente al 27,82% de los sufragios conseguidos por los socialistas, que en las anteriores elecciones de 2007 habían tenido un 34,92% de los votos.
Nada más conocer los resultados, cientos de simpatizantes del PP se reunieron en torno a la sede del Partido en Madrid ondeando banderas y cantando.
La derrota es más sensible si cabe para los socialistas por el hecho de perder dos ciudades talismán, una de ellas Barcelona, en la que los socialistas han gobernado desde 1979 y donde este domingo se impusieron los nacionalistas catalanes de CiU, que lograron 14 concejales, frente a los 12 socialistas.
De conformarse estos datos “estaríamos hablando del inicio de una nueva etapa política en el país”, aseguró la vicesecretaria de Organización del PP, Ana Mató, al hacer una primera valoración de los resultados.
Los españoles votaron hoy en una jornada marcada por las protestas protagonizadas por el movimiento de los “indignados” que tomó las plazas más emblemáticas de España, con la madrileña Puerta del Sol como epicentro de las protesta, en reclamo de un cambio político y social.