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La española Martirio, una intérprete que fue capaz de revitalizar el género de la copla y ponerlo en diálogo directo con otras músicas, concretará en junio su esperado regreso a la Argentina después de 12 años de ausencia, para volver a celebrar “las afinidades que tenemos”, según subrayó. La cantante colaboradora de Pedro Almodóvar en varias de sus películas, vino a Rosario por primera vez en septiembre de 2000, en oportunidad de la Cumbre Mundial de Tango, cuando ofreció un concierto en el Teatro El Círculo en el que deslumbró a todos los asistentes con su particular interpretación del canto flamenco versionando en esa oportunidad un repertorio de tango.
Martirio ofrecerá el domingo 5, a las 21, en el Auditorio de la Fundación Astengo (Mitre 754), un concierto de comienzo de gira en el país, para luego actuar en el porteño Gran Rex, previo paso por el Teatro Solís de Montevideo, donde actuará el miércoles 1º de junio.
En diálogo telefónico con la agencia de noticias Télam desde Madrid, la cantante opinó sobre su regreso a la Argentina: “Está siendo una grandísima alegría porque hace años que deseo volver a reencontrarme con una gente cómplice y maravillosa, que me permitió empaparme de las afinidades que tenemos”.
La artista, nacida hace 57 años con el nombre de María Isabel Quiñones Gutiérrez, confesó: “Soy una enamorada del acervo cultural argentino, que es maravilloso y que siento tan cercano”.
Desde la misma sensación emotiva, la vocalista apuntó: “Quiero poder escuchar a María Graña, a Susana Rinaldi, a cantidad de gente que admiro muchísimo y poder pasearme por las calles e ir al mercado de San Telmo un domingo”.
Entre la cultura y el turismo, quien supo compartir músicas con Chano Domínguez, Kiko Veneno, Raimundo Amador, Javier Ruibal, Miguel Poveda, Vicente Amigo, Lila Downs, Omara Portuondo, Compay Segundo, Chucho Valdés, Simón Díaz, Soledad Bravo y María del Mar Bonet, entre muchos otros, aseveró: “No he visto actores mejores que los argentinos. Uno va para allá y se enriquece”.
Consultada acerca de qué se perdieron los argentinos en estos 12 años sin apreciar a Martirio en directo, la artista relató: “En este tiempo ha habido una gran madurez, una evolución, un gran estudio de la música y también discos muy importantes”.
Al repasar las continuidades todavía presentes en su obra, indicó: “Sigue existiendo una rebeldía y un grandísimo amor por los repertorios y por las poesías”.
En relación con el repertorio que abordará en los conciertos de Rosario y Buenos Aires, señaló: “Quiero repasar los géneros que he ido tocando y hacer una especie de crisol de sonidos”.
“Propongo un espectáculo que vengo haciendo desde hace un año y medio y en el que se generan unos enormes cambios de estado de ánimo que la gente sabe acompañar”, describió sobre la propuesta que comparte con el guitarrista Raúl Rodríguez y el pianista Jesús Lavilla.
De cara a esta experiencia, resaltó entusiasmada: “Es un alegría ver que las canciones han pasado el filtro del tiempo y ,desde arreglos más complicados o más desnudos, no me suenan trilladas”.
“En estos recitales –abundó– hay versiones a través de la copla, el bolero, el tango, el flamenco y las composiciones mías en una especie de exposición pública”.
Quien fuera la voz cantante de los grupos Jarcha y Veneno, consideró que el cancionero propuesto le sirve “para hacer un balance y tener conciencia de un estilo propio que no es ni peor ni mejor, pero sí absolutamente único”. Sin falsa modestia, Martirio señaló al respecto: “Hay personas a la que nos toca abrir camino y siento que he abierto muchísimos caminos sobre el conocimiento del bolero, de los tangos que entran por bulería y de un amor por la copla que no existía cuando empecé con esto”.
Para conseguir transitar esa senda de innovación y riesgo, la española va más allá de sus dotes como vocalista porque, como explicó con gracia, “la idea nunca fue que vean a una mujer que canta muy bien”.
“Mi trabajo –insistió– tiene mucho que ver con lo teatral y sigo llevando trajes, gafas y peinetas porque me gusta echarle mucha fantasía y mucha cosa lúdica a una puesta en escena que me he creado yo”.
Además de estos recitales sudamericanos, en el presente de Martirio también aparece la placa El aire que te rodea, a la que presentó como un material con poesía iberoamericana musicalizada por el pianista cubano José María Vitier. Ya sea con los conciertos o con el disco, la artista ligó ambas instancias: “Mis canciones están buscando, investigando en los sentimientos y en las emociones.
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