A pesar del paso del tiempo el timbre que anuncia el comienzo del recreo no ha dejado de ser uno de los momentos más esperados de un chico durante su jornada escolar. En el Centro Educativo Latinoamericano las chicas salen de un salón para ingresar a otro, donde arman mantas, crean libros para chicos no videntes y comparten ideas sobre cómo ayudar al prójimo ante el invierno que se avecina. Las jóvenes, de entre 10 y 16 años, integran el taller Manos en Acción, que cada jueves y viernes, de 9.30 a 11, se da cita en cada recreo del instituto educativo de Pellegrini 1352.
Graciela Hess, coordinadora del taller y ex docente del Latinoamericano, dialogó con este medio y se mostró orgullosa por la labor que realizan las jóvenes en cada recreo. “El esfuerzo de estas niñas y adolescentes es admirable, dedican su tiempo libre en la jornada de clases para alguien que lo necesita”.
El taller tiene como lema “Ser pobre no se elige, ser solidario sí”. Desde hace ya unos años emprendieron esta iniciativa que cada vez suma adeptas entre las jóvenes de 10 a 16 años, además de ex alumnas, madres, abuelas y ex docentes que tanto ayer como el jueves expusieron parte de sus trabajos en el hall del colegio.
“Este taller procura aunar la acción de la familia y el colegio, que son imprescindibles para formar a los hombres y mujeres que requiere el mundo de hoy presentando los valores de modo atractivo y positivo”, señaló Hess, y agregó que el miércoles se realizará la entrega formal a cada grupo de los trabajos expuestos.
Mientras tanto, entre charla y risas, las chicas juntan cuadrados tejidos, cosen sus bordes y los unen para realizar mantas de lana y tela.
De un lado está la pila de cuadrados de lana que esperan ser unidos para abrigar “a chicos de un hogar de la ciudad”, según dijo una de las estudiantes mientras organiza los telares en la mesa. Por otro lado, está la columna de cuadrados “más suaves”, realizados con tiritas de modal. “Estos son para los bebés y los vamos a entregar con las batitas, baberos y escarpines que hicieron nuestras mamás”, dijo otra en otro costado del salón.
También realizaron cuentos con relieve para chicos no videntes. “La idea será más trabajada en adelante pero por el momento se nos ocurrió hacer cuentos con figuras en relieve con goma eva y diferentes texturas para que los chicos que tengan dificultades para ver puedan entretenerse”.
Todas se comprometieron a ayudar a los chicos que padecen el frío en este invierno. “Muchos nos preguntan por qué en vez de estar jugando, charlando con amigas o descansando en el recreo nos ponemos a trabajar más de lo que debemos y les decimos que sabemos muy bien que hay chicos que sufren el frío. Nosotras tenemos abrigos, tenemos un hogar que nos espera con comida caliente, y sabemos que tal vez esta ayuda sea sólo una parte de lo que se debería hacer para que tantos niños y bebés estén bien, pero vamos sumando mantas para dar más calor”, dijeron.
Paralelamente, Guido Bello, capellán del centro educativo puso énfasis en la visión abierta de la institución: “El colegio tiene una identidad cristiana pero no confesional, no queremos que los chicos estén en una actividad proselitista, nos interesa promover los valores cristianos, pero sobre todo ahondar en la importancia del amor al prójimo y la actitud de servicio”.
La mesa de exposición que presentó los trabajos realizados por todas las manos sumadas a esta causa noble estaba cubierta por telares, mantas tejidas, batitas, saquitos para bebés, escarpines en tela y lana, baberos y algunas cartucheras de tela.
Gran parte de la ropa de bebés se entrega al hogar Encuentro (Corrientes 1513) donde los jueves también asisten algunas alumnas de quinto año del secundario para colaborar voluntariamente con el cuidado de los niños de 0 a 4 años que permanecen allí. En tanto, el equipo de Manos en Acción trabaja en conjunto con la maternidad del hospital Roque Sáenz Peña y con el hogar de ancianos Jardines del Sur (Laprida 2765). Allí, al ritmo del tango, cada tarde los abuelos ovillan la lana que les llega de donantes anónimos, y las abuelas tejen cuadrados que luego darán calor a quien lo necesite cuando las chicas del Latinoamericano, entre puntadas y charlas entre amigas, den los toques finales para las mantas esperadas.