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El barrio lleno de fábricas y los pibes están sin trabajo

Por: Guillermo Correa. Buscan que empresas asentadas en una zona cubran vacantes de personal con jóvenes que vivan allí.

Para que donde haya fábricas, también haya trabajo. Ante la realidad de que sectores de la ciudad donde hay mayor concentración de empresas y talleres son a la vez los mismos donde hay mayor desocupación juvenil, en el Concejo se discutirá en los próximos días un proyecto para intentar corregir una situación que a todas luces aparece insólita. Así, la idea es que los llamados “encuentros de participación” en los que precisamente las compañías privadas asentadas en un barrio acuerdan pautas de convivencia con los vecinos que residen en la misma zona –ruidos, horarios de carga y descarga, residuos, por ejemplo– sirvan también para relevar las necesidades de mano de obra y la oferta de empleo que puede surgir entre los jóvenes del mismo lugar. La iniciativa contempla que, además de abrir el escenario y promover el encuentro entre ambos sectores, el Estado podrá participar con capacitación específica de acuerdo a las características de los empleos que se requieran en cada sector.

“La idea es generar encuentros de participación social y empresaria que permitan debatir  el empleo en los jóvenes de la ciudad”, explicó a este diario el edil Manuel Sciutto, autor de la iniciativa. Según releva la Encuesta Permanente de Hogares que en forma continua realiza el Ipec (Instituto Provincial de Estadística y Censos) del total de la población del aglomerado Rosario –esto es la región– el 20,4 por ciento son jóvenes de entre 20 y 29 años. Y un tercio de esas muchachas y muchachos, el 33,5 por ciento está desocupado.

Pero esos porcentajes cambian para peor si se toma parte de esa franja etaria y se suma a la anterior que releva el Ipec, que es de 10 a 19 años: aunque no hay datos estadísticos los mismos técnicos del instituto infieren que el porcentaje es mucho mayor para la franja de 18 a 25 años.

A ese panorama: Sciutto le agrega un dato de factura propia: en la zona sudoeste es donde mayor población juvenil existe, y también donde hay mayor concentración de plantas fabriles pequeñas, medianas y aun grandes.

En ese marco, la idea del concejal socialista es utilizar los “Encuentros de Participación Social Empresaria” establecidos por la ordenanza 8.048, vigente desde 2009. La normativa abre un espacio de diálogo multisectorial para resolver los problemas que genera “la coexistencia en un mismo territorio de actividades empresariales y de usos residenciales del suelo”. El proyecto en danza busca ahora aprovechar las ventajas que esa misma situación puede generar.

Así, los encuentros disponen un espacio para que temas claves para la vida cotidiana de los vecinos –como seguridad, tránsito, deposición de residuos y cuidado ambiental, entre otros– puedan ser debatidos en un ámbito regulado. Asociaciones vecinales, centros de jubilados, clubes, bibliotecas, comerciantes, empresarios y vecinos tienen una silla junto a reparticiones municipales para acordar una convivencia sin problemas, y estrategias comunes ante los que pudieran aparecer.

Ahora la idea es ir por más. Es que distintos relevamientos marcan que la zona sudoeste de la ciudad es tan rica en plantas fabriles como en desocupación juvenil. “Proponemos empezar por allí”, marcó Sciutto. “El concepto es el mismo: tratar de generar una relación amistosa entre empresarios y vecinos para avanzar también en la problemática del primer empleo”, agregó.

El concejal piensa que las empresas podrían ofrecer un menú de acuerdo a sus capacidades, que va desde un sistema de pasantías hasta capacitación para los jóvenes del barrio donde están asentadas, y que concluiría con la cobertura de vacantes de personal con quienes ellas mismas capacitaron. Pero también piensa en relacionar jóvenes que ya están capacitados pero no tienen trabajo, con plantas que requieren personal y están en la misma zona.

La idea apunta a dos problemáticas que sucedieron al desguace de la década del 90. Por un lado no son pocos los casos de jóvenes que son padres de familia y nunca tuvieron en su vida un empleo formal. Por otro, el de jóvenes capacitados en oficios o que cuentan con experiencia laboral pero ahora están desempleados. Y, para completar una realidad cruda, jóvenes que carecen tanto de capacitación como de experiencia laboral alguna.

“Pretendemos dar el primer paso para reducir la falta de empleo en jóvenes de entre 18 y 25 años que se encuentran en riesgo social. Durante las recorridas que hacemos por los barrios la población solicita ayuda para estos jóvenes y entendemos que si logramos combinar las necesidades de un grupo de gente que necesita empleo y la empresas que necesitan mano de obra para su crecimiento, podemos dar batalla a la falta de trabajo en este sector”, remarcó Sciutto.

“Muchos jóvenes en conflictividad o riesgo social tienen serias dificultades para acceder a un primer trabajo. De ahí la necesidad de comprometer al sector privado y a las empresas”, concluyó el concejal.