La coalición del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, sufrió ayer una humillante derrota en elecciones locales en Milán, Nápoles y otras ciudades, lo que arroja dudas sobre la estabilidad del gobierno y el futuro del premier, que además enfrenta cuatro juicios al mismo tiempo.
En Milán, la alcaldesa saliente Letizia Moratti perdió ante el centroizquierdista Giuliano Pisapia por más de 10 puntos, un triunfo opositor que pone fin a 18 años de control de la ciudad por parte de la derecha y que asesta un doloroso golpe a Berlusconi en su ciudad natal y principal bastión.
El premier había hecho una intensa campaña para estas elecciones municipales y había pedido a sus seguidores concurrir en masa a las urnas para mostrar su apoyo a su gobierno de centroderecha.
Sin embargo, los resultados del balotaje de las municipales, celebrado entre anteayer y ayer, parecieron confirmar recientes sondeos que mostraron un declive de la popularidad del jefe de gobierno.
La derrota debilita aún más a un Berlusconi ya de por sí golpeado por un sonadísimo escándalo sexual, y es posible que agrave tensiones con su principal aliado en el gobierno, el partido xenófobo Liga Norte, liderada por el dirigente Umberto Bossi.
Para La Liga, que había cuestionado la campaña oficialista en Milán, será muy difícil de digerir la pérdida de la ciudad más importante del norte de Italia, según los analistas.
Los críticos se habían quejado de que Berlusconi, de 74 años, había dedicado demasiadas energías a afrontar acusaciones de incitación a la prostitución como sospechoso de haber pagado por sexo a una inmigrante marroquí menor de edad y de haber abusado del poder de su cargo para tapar el caso.
En Milán, la alcaldesa Moratti, la candidata de Berlusconi, fue derrotada por el opositor Pisapia por 55,10 contra 44,89 por ciento de los votos, informó la agencia de noticias italiana Ansa.
En Nápoles, ciudad castigada por una crisis de acumulación de basura y por el poder de la mafia, Berlusconi esperaba desbancar a la izquierda, que lleva 18 años gobernando.
Sin embargo, el ex juez Luigi de Magistris aplastó al derechista Gianni Lettieri por 65,2 por ciento frente al 34,79.
A las caídas en Milán y Nápoles se sumaron las derrotas de los candidatos de centroderecha en ciudades como Trieste (noreste del país) o Cagliari (en la isla de Cerdeña). En Trieste, tradicional bastión del centroderecha, el oficialismo perdió por más de 12 puntos (42,49 contra 57,51 por ciento), y en la segunda la distancia fue de casi 20 puntos (40,71 contra 59,28 por ciento).
El primer signo claro de admisión de la derrota en el oficialismo fue el anuncio de las dimisiones de Sandro Bondi, el coordinador nacional del Pueblo de la Libertad (PdL, el partido de Berlusconi) “tras haber evaluado los resultados electorales”.
“A partir de este momento, el presidente Berlusconi debe recibir no sólo las más amplias confianza y solidaridad, sino sobre todo la absoluta e incondicionada libertad de decisión y de iniciativa por cuanto concierne el futuro del partido”, dijo Bondi en un comunicado de prensa.
Ni Berlusconi –que se encontraba en Rumania– ni su aliado político Bossi que siguió el escrutinio en la sede de la Liga Norte en Milán, hicieron comentarios sobre los resultados.