Ocho días después de las primarias, los precandidatos del Frente Progresista se reunieron para comenzar a delinear la estrategia para las generales del 24 de julio. El encuentro fue ayer a la tarde en un hotel céntrico de la capital provincial. Participaron el vencedor de la interna del oficialismo, Antonio Bonfatti, y los tres precandidatos derrotados: el senador nacional Rubén Giustiniani, el intendente de Santa Fe Mario Barletta y el histórico dirigente de la UCR Luis “Changui” Cáceres.
La reunión fue una formalidad. No hubo definiciones de fondo sobre la estrategia electoral, entre otros motivos, porque socialistas y radicales aún no terminaron de conversar sobre el esquema con que competirán en los comicios nacionales. La foto de los cuatro precandidatos fue el dato de la jornada, luego de una semana de cruces motivados por el resultado de la interna del 22 de mayo y por el acuerdo entre Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez en provincia de Buenos Aires.
Unos y otros coincidieron en bajarle el tono a la disputa –la semana pasada, Barletta había puesto en duda el apoyo de la UCR santafesina a Bonfatti si el gobernador Hermes Binner no se suma a la fórmula de Alfonsín– y señalaron que el armado nacional no incidirá en el Frente Progresista a nivel provincial. Todos juntos contra el PJ con el objetivo de retener el gobierno: ese fue el mensaje común de los dirigentes que se reunieron ayer en Santa Fe.
Según Bonfatti, “la campaña a nivel nacional corre por otra cuerda. En Santa Fe tenemos más de una década y media de experiencia, con el Frente Progresista en marcha, con experiencias como las elecciones (presidenciales) pasadas en las que tuvimos diferentes candidatos”. El ministro dijo que los precandidatos derrotados no le exigieron nada a cambio de su apoyo y que se pusieron a su disposición para la campaña, en la que “se van a contraponer dos modelos”.
Consultado por el reclamo de los radicales del norte, que quieren el primer lugar en la lista de diputados nacionales (ver aparte), Bonfatti pateó la pelota para adelante: “Todavía no sabemos si vamos a ir como frente, qué candidatos vamos a llevar, si hay posibilidades de armar un frente a nivel nacional; no estamos discutiendo esas cosas ahora”, explicó el candidato a gobernador.
El radical Barletta sostuvo: “Como habíamos planteado en la campaña, hay que fortalecer el Frente Progresista para las elecciones del 24 de julio. Queremos seguir gobernando la provincia, en el marco del frente, todos los sectores que lo componen”. Para el intendente santafesino, la estrategia nacional no incidirá en la provincia: “Hay que separar las cosas y esperar las decisiones que se tomen en el orden nacional. En función de eso se verá qué decisiones tomamos en el orden provincial”.
Barletta coincidió en remarcar, igual que Bonfatti, que en las presidenciales de 2007 la UCR fue con lista propia (Lavagna-Morales) y el socialismo, con Giustiniani, acompañó a Elisa Carrió. Y además declaró que el resultado de las primarias no dejó heridas al interior del Frente Progresista: “Siempre dije que las elecciones internas iban a favorecer al frente y no tengo ninguna duda de que así fue. Los candidatos son más conocidos y las propuestas también”.
Por su parte, Giustiniani consideró que aún hay tiempo para que socialistas y radicales logren un acuerdo nacional y dijo que, pese a los plazos exiguos (el 15 de junio deberán inscribirse las alianzas y los frentes políticos), hay margen para que los dos partidos avancen en el armado de un programa de gobierno. Según el senador, el hecho de haber trabajado en conjunto en el Congreso favorece ese acuerdo. De todos modos, lo condicionó a la definición de un programa: “Todos conocen la posición que venimos sustentando y eso va a marcar la línea del intercambio”.