El humorista gráfico Heduardo es valiente. El siguiente es el texto de su tira del miércoles de página 2 del diario Perú 21, el tanque de batalla contra Ollanta Humala del grupo El Comercio (ECO). Un hombre le dice a otro: “El periodismo puede ser la más noble de las profesiones o el más vil de los electores”. La viñeta llevaba por título “@heduardicidios”. El que avisa, habrá pensado el autor, no traiciona. El diario más tradicional de Lima abrió el miércoles su sección política consigo mismo de protagonista. “El Comercio rechaza los infundios del escritor Mario Vargas Llosa”, en respuesta a la carta en la que el ganador del Nobel había denunciado el día anterior que el grupo mediático viola en esta campaña “los más elementales principios de ética periodística” para favorecer a Keiko Fujimori.
La centralidad de la relación entre medios y la política peruana alcanzó en esta campaña un voltaje inédito. El humalismo y Vargas Llosa –en un giro que descoloca a sus críticos y defensores, incluso en Buenos Aires– denuncian a los cuatro vientos un discurso único y coordinado en contra del candidato nacionalista de izquierda.
Sin embargo, impactó ver en el Paseo de la República, frente al Palacio de Justicia, en el centro de Lima, un quiosco con unos veinte diarios. Bajo el cielo gris “panza de burro” que ya forma parte del inventario de la capital peruana, la amable quiosquera se había tomado el trabajo de armar un mural de portadas, incluso con periódicos de escasa venta.
Veamos qué decían: El Correo (143.000 ejemplares diarios en el segundo semestre de 2010, la mayor parte en el interior de Perú; pertenece al Grupo Epensa): “Se complica «Madre Mía» (base sureña desde la que el candidato nacionalista combatió a Sendero Luminoso); testigo revela que le ofrecieron dinero para encubrir a Ollanta Humala de violaciones a los derechos humanos”. “Gana Perú se burla de la ley, Fuerza 2011 cumple”, decía la apertura política del periódico generalista más vendido.
La Razón, del grupo Montecristo, que también edita El Chino y El Men, todos de la “prensa chicha” que alimentó en los 90 Vladimiro Montesinos: “Keiko, a mí no me pisan el poncho; afirma que no le tiene miedo a Ollanta, quien ha iniciado una campaña de mentiras en su contra”.
Hay más. Perú 21: “Se radicaliza; Humala se opuso a una suspensión del paro en Puno”. Adentro, el tabloide resaltaba el apoyo nacionalista de parte de lo que queda del guerrillero Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (hoy, un sello). Trome (504.579 ejemplares, el diario popular más vendido de habla hispana, Grupo ECO) apenas dedicaba unas líneas a la elección.
El Comercio procuró en sus páginas aclarar los tantos con Vargas Llosa. En una columna, el editor Juan Paredes Castro deslizó que el escritor es “hipócrita”, y recordó las antiguas discrepancias del medio con el fujimorismo. Sin renegar del “fantasma autocrático y corrupto” que inspira Keiko, alertó, una vez más contra una “dictadura al estilo chapista” de la mano del ex mayor del Ejército.
No todo es antihumalismo. De la veintena de diarios que se editan en Lima, uno, La Primera, de escasa penetración, mantiene firme un favoritismo evidente hacia el postulante de Gana Perú. “Así torturaron a su mamá; y Keiko le dio la espalda”, gritó sobre un montaje de la conservadora y Susana Higuchi, la divorciada ex primera dama.
Este febril combate de tapas, que se incrementó luego de la primera vuelta, llegó a complicar la sociedad que mantienen los grupos La República y ECO en el accionariado del canal de TV más visto, América, y la emisora de noticias N, entre otras causas, por el despido de dos periodistas que denunciaron un sesgo fujimorista en esta última.
El congresista socialista Javier Díez Canseco, señalado como el cerebro de Gana Perú, atendió a este cronista vía telefónica en medio de un trajín en la localidad norteña de Trujillo. Se abrazó al autor de Conversaciones en la catedral: “Yo, en realidad, concuerdo 100 por ciento con el pronunciamiento de Mario Vargas Llosa sobre el diario El Comercio. Han buscado deliberadamente confundir a la población, transformando hechos, publicando calumnias sobre Ollanta Humala, y han despedido a periodistas. Los golpes bajos de los medios han sido vergonzosos”. Se le preguntó si se refería también a los siete canales de aire y las principales cadenas de radio, RPP y CPN. “En general los medios han sido extraordinariamente sesgados y absolutamente unilaterales”, enfatizó.
¿Se arriesgaría Humala a una ley de medios aun con un Congreso en el que tendrá minoría? “Creo que es uno de los planteos que ha sido objeto de más polémica y debate en el país. Hay una fuerte concentración de licencias de radio y TV. La legislación (sancionada durante el gobierno de Alejandro Toledo) permite hasta el control del 40 por ciento del espectro en una región, por lo que dos propietarios podrían ser dueños del 80 por ciento de las licencias y eso es ajeno a la pluralidad”, indicó, dejando abierta la puerta a innovaciones, aunque aclarando que nada tocaría a la prensa gráfica.
Díez Canseco remarcó que un gobierno de Humala procurará promover emisoras públicas “para que el Estado tenga una presencia más seria”, y para ello prometió trabajar en “un consenso, sin afectar la propiedad de nadie y diversificando los espacios a partir de la oportunidad que brinda la TV digital”.