El suizo Roger Federer, número 3 del mundo, derrotó 7-6 (7/5), 6-3, 3-6 y 7-6 (7/5) al serbio Novak Djokovic, número 2 e imbatido en lo que iba de temporada, en la cancha central de Roland Garros, y jugará su quinta final, cuarta ante Rafael Nadal.
De haber ganado, el jugador balcánico hubiese igualado el récord de 42 victorias consecutivas que poseía el estadounidense John McEnroe.
«Honestamente, le dije a Novak en la red que lo suyo era un récord. Porque actualmente el juego es mucho más físico», reconoció el ganador.
En 22 duelos anteriores disputados, el suizo dominaba al serbio por 13-9 en su mano a mano particular (ahora 14-9).
«Esto es la locura, pero no es aún la final. Me entrené siempre para este tipo de partidos, puse mucha presión a Novak. Sin lugar a dudas, ha sido uno de mis mejores partidos. Finalizó casi de noche, en un ambiente como éste. Es algo realmente extraordinario», destacó el helvético, quien considera que su triunfo «es un regalo de cumpleaños para Rafa (Nadal)», pues jugarán la final entre ellos.
El primer set comenzó con un break para cada uno de los jugadores que, después volvieron a quebrarse para seguir la paridad hasta colocarse 6-6 y definirlo en la muerte súbita.
En el tie-break, muy concentrado, el experimentado suizo se impuso por 7-6 (7/5) tras 1 hora y 10 minutos de dura lucha.
Este desarrollo y resultado del primer parcial sorprendió a muchos, que esperaban una exhibición del serbio ante el veterano helvético que, sin embargo, en silencio llegó a semis sin perder un solo set en los cinco duelos anteriores que jugó en esta edición de la competición.
El vencedor jugará la final dominical ante el defensor del título y actual número 1 del mundo, el español Rafael Nadal, quien a primera hora derrotó por 6-4, 7-5 y 6-4 al británico Andy Murray, número 4, en un partido largo a pesar de jugarse a sólo tres sets y de no muy buen nivel de juego.
La segunda manga también comenzó igualada, pero nuevamente Federer volvió a sorprender al lograr el break en el cuarto game y ponerse 3-1 arriba. Luego siguió a 4-1 con el suyo, y casi vuelve a quebrar en el sexto, pero el serbio logró finalmente defender su servicio.
Lo mismo que haría su adversario en el siguiente juego tras haber estado 0-30. En el octavo game la tónica se mantuvo y en el noveno, con su saque, el ganador del parcial lo puso 6-3 en tres cuartos de hora de juego.
El jugador de Basilea, de 29 años, probablemente el mejor tenista de la historia, llegó cuatro veces a la final del torneo del Grand Slam sobre tierra batida, en las que perdió tres consecutivas ante Nadal (2006, 2007 y 2008), y ganó la de 2009 ante el sueco Robin Soderling (N.5), quien en la edición siguiente lo eliminó en cuartos de final.
Nole Djokovic, de 24 años, fue semifinalista de la prueba en 2007 y 2008, instancia en la que perdió ambas veces precisamente ante Nadal.
Las tribunas estaban divididas, porque mientras el suizo ha sido siempre uno de los tenistas más queridos en París, había numerosos serbios entre el público, que llegaron atraídos por el gran momento deportivo que vive su compatriota.
Precisamente, éstos festejaron con gran algarabía cuando Nole, como lo apodan, logró hacer el break en el segundo game del tercer set y siguió a 3-0 con su saque. Después no hubo más inflexiones y Djokovic se quedó en 37 minutos con la manga por 6-3 a su favor.
El cuarto set tuvo su primer quiebre en el noveno juego a favor del serbio, que se puso 5-4 arriba. Sin embargo, Federer le devolvió el gesto para 5-5, y así llegaron 6-6 al tie-break, que se llevó el helvético tras 3 horas y 39 minutos de intenso y muy buen partido.