“Una vez que los chinos se animan a confiar en la Justicia y entregan en bandeja al extorsionador, ¿qué pasó? La Policía lo dejó escapar por dinero”. Con esas palabras un empresario oriental radicado en Rosario denunció la situación de “discriminación y abuso policial” que dice sufrir la comunidad en estos días a raíz de las decenas de allanamientos ordenados por la Justicia en busca de Yang Bin, quien el 30 de abril pasado protagonizó una sospechosa fuga de la seccional 11ª momentos después de ser detenido acusado de extorsión. En el último operativo, realizado anteayer por la noche, fue demorado el dueño de un supermercado y se incautó un arma de fuego, indicaron fuentes policiales, aunque el prófugo sigue sin aparecer.
“Nosotros fuimos víctimas de Bin y queremos más que nadie que lo agarren, pero ahora somos nuevamente víctimas porque la Policía nos asedia con allanamientos diarios que no buscan sólo al prófugo sino cualquier irregularidad para sacarnos más dinero”, dijo el empresario oriental a El Ciudadano a condición de no revelar su nombre por miedo a represalias.
Anteayer, el juez correccional de la 9ª Nominación, Osvaldo Núñez Cartelle, ordenó más allanamientos a supermercados de capitales orientales que, al igual que las decenas anteriores, arrojaron resultados negativos en cuanto a la recaptura de Yang Bin. Pero la detención por varias horas de otro ciudadano chino, quien fue apresado en su comercio de Presidente Roca al 1400, volvió a causar malestar en la comunidad. “Se lo llevaron porque tenía un arma reglamentaria pese a poseer permiso de compra y portación”, dijo el empresario, sin dejar de preguntarse por qué buscan a un delincuente entre las víctimas. El arma por la cual estuvo algunas horas detenido es una pistola Bersa Thunder calibre 3.80, con 13 proyectiles del mismo calibre. Según allegados al dueño del comercio, éste poseía los papeles de la pistola, mientras que para los policías que llevaron a cabo el operativo el morador de la vivienda “manifestó carecer de la documentación del arma”.
“¿Por qué siguen persiguiendo y deteniendo sin causas a los mismos ciudadanos chinos que nos animamos a denunciar la extorsión? Esto es discriminación pura, nos tratan como delincuentes, nos allanan los negocios y domicilios con malísimos tratos y todos sabemos muy bien que Yang Bin le pagó a la Policía para escaparse y no está en Rosario”, dijo el empresario, que agregó que la comunidad se está organizando para presentar una denuncia conjunta por discriminación.
Y remató: “Si lo quieren atrapar, ¿por qué no lo buscan en Capital Federal? Si todos sabemos que no está en Rosario porque nosotros lo entregamos para que deje de extorsionarnos y él pagó y lo soltaron”.
Un vocero policial que participó de los últimos allanamientos explicó que, además de buscar a Bin, las medidas tienden a ver si personas de la comunidad aportan algún tipo de información sobre su paradero.
Desde la fuga de Yang Bin, que “se escapó por una ventana” de la seccional 11ª, donde estaba detenido sin vigilancia ni esposas, corrieron todo tipo de rumores sobre el cobro de una importante suma de dinero por parte de la cúpula de esa comisaría a cambio de facilitar la fuga. Los rumores, muchos de ellos esgrimidos por la misma Policía, son investigados por el fiscal Enrique Paz y el juez Correccional Osvaldo Núñez Cartelle, quienes esperan los resultados de un peritaje para determinar si el cuerpo de ciudadano oriental podía pasar por la supuesta ventana de la que se fugó.
Bin fue arrestado cerca del mediodía del sábado 30 de abril, luego de que el custodio privado de un supermercado ubicado en cercanías de Sánchez de Bustamante y Buenos Aires lo denunciara en sede policial por el supuesto pedido de una suma de dinero al propietario del local a cambio de protección.
Tras esta denuncia, personal de la comisaría 11ª detuvo la marcha de un taxi y arrestó a su pasajero, quien fue remitido a la seccional, donde fue identificado como Yang Bin, de 40 años.
Como la sede policial ubicada en Lamadrid 272 bis no cuenta con calabozos, el hombre fue encerrado en una habitación, solo y sin esposas. Horas más tarde, cuando fueron a verlo, constataron que se había fugado por una ventana que daba a un patio. Por esta fuga, el titular de la Unidad Regional II dispuso el relevo del jefe, el subjefe y tres suboficiales de la dependencia, a quienes además se les pidió que entregara sus credenciales y armas y se les inició un sumario administrativo por negligencia en el cuidado de un detenido.
Luego de su escandalosa desaparición de la seccional, la Policía realizó varios allanamientos y varios ciudadanos de nacionalidad china fueron demorados en el marco de la pesquisa que lleva adelante la sección Seguridad Personal, en el marco de la investigación de al menos siete denuncias por extorsión capitaneadas por el prófugo Yang Bin, quien recaudaba acompañado de otras tres personas, también prófugas.
