La ex concejala Raquel Butazzoni falleció en la noche del martes como consecuencia de un paro cardiorespiratorio. Tenía 77 años y toda una vida dedicada a la militancia y la ayuda social. Hasta el último minuto de su vida estuvo al frente del Hogar de Madres Solteras Primerizas, desde donde colaboró con cientos de mujeres en situaciones extremas. Hace dos semanas había sido declarada Ciudadana Distinguida por el Concejo Municipal y también había recibido un homenaje en el partido benéfico que se disputó en el estadio de Newell’s organizado por Maximiliano Rodríguez (colaborador del Hogar) y Javier Zanetti, y del que participó Lionel Messi.
El Concejo le brindó ayer el último homenaje: en el hall del Palacio Vasallo se montó la capilla ardiente con los restos de Butazzoni para el último adiós. Fueron cientos de personas las que se acercaron, muchas de ellas madres que estuvieron bajo su tutela en la institución de Córdoba al 3700.
En la edición del pasado sábado 11 de junio, El Ciudadano publicó la última entrevista que dio Raquel. En esa entrevista relató su historia de vida, sus años en la pequeña localidad entrerriana de Viale, donde a los 14 años fue la primera mujer que estuvo al frente de una Unidad Básica: “Porque el trabajo de Eva Perón me había pegado muy fuerte, el compromiso por los que menos tienen, de ahí en más abracé su causa”, contó. En 1968 llegó a Fray Luis Beltrán y años más tarde se instaló en Barrio Rucci.
En los años de la dictadura se fue a Córdoba y luego de la guerra de Malvinas volvió a la zona norte de la ciudad, donde comenzó un fuerte trabajo de militancia en el justicialismo que le valió un lugar en la lista a concejales en el regreso de la democracia. Estuvo en ese cargo hasta 1988.
“Era la última en irme, porque en mi despacho siempre había gente que necesitaba algo: subsidios por invalidez, chapas, pañales… siempre me gustó poder brindarme a los otros sin fijarme en quién”, recordó. Incluso, fue el entonces intendente radical Horacio Usandizaga quien consiguió la casa donde hoy funciona el Hogar de Raquel para madres solteras primerizas. “El Vasco fue muy bueno con nosotros, él sabía cómo trabajaba y siempre nos dio una mano”, reconoció Raquel.
“Me preguntan cómo hago y la verdad que no sé, me levanto a las 6 y me acuesto a la una, trabajo”, repasó cuando se le preguntó de dónde sacaba fuerzas para dedicar tanto tiempo a los problemas ajenos.
Incluso, los mediodías, más de 250 ancianos sin techo esperaban la ración de comida y una palabra de afecto. Allí estaba ella, para brindarles una palmada, un gesto de cariño, “tal vez el alimento más importante”. Y la muerte la sorprendió trabajando.
Hincha de Newell’s, Butazzoni era madre de 9 hijos, 20 nietos y 11 bisnietos. Su marido con alguno de sus hijos seguirán al frente de su obra. “Aquí nos llega el descarte”, describió Butazzoni al describir el estado en el que llegan las jóvenes al Hogar: “Muchas con problemas de drogas, con problemas sociales muy serios, expulsadas de sus casas y además embarazadas o con criaturas, yo le abro la puerta a todas”.