María Sharapova se clasificó para la final de Wimbledon después de superar en dos sets a Sabine Lisicki. La siberiana, que se jugará el título ante Petra Kvitova, ya alzó la copa de campeona en este escenario en 2004, cuando apenas era una adolescente que comenzaba su carrera en el mundo del tenis.
Después se saborear las mieles del éxito y sufrir la amargura de las lesiones, María se ha hecho fuerte, no sólo física sino también mentalmente para volver a ser protagonista en una pista de tenis. Tras pasar del primer puesto al 126 del ranking WTA en apenas un año (junio 2008-mayo 2009), la siberiana ha trabajado duro para regresar a la élite.
El trabajo dio sus frutos con la conquista de los torneos de Tokio 2009, Memphis 2010, Estrasburgo 2010 y Roma 2011, títulos que ayudaron a la rusa a alcanzar de nuevo en el ‘Top-Ten’.
Sharapova quiere volver a anotarse un título de Grand Slam y tras la cuarta ronda en el Open Australia y semifinales en Roland Garros, la siberiana alcanzó la final del All England después de superar a la alemana Sabine Lisicki por un global de 6-4 y 6-3 tras una hora y veintiseis minutos de juego.
Sharapova llega a la final sin ceder un sólo set, quitándose del camino a rivales como Anna Chakvetadze (6-2, 6-1), Laura Robson (7-6, 6-3), Klara Zakopalova (6-2, 6-3), Shuai Peng (6-4, 6-2) y ahora Lisicki.
Su rival en la final del próximo sábado será la checa Petra Kvitova, que selló su visado para su primera final de Grand Slam al derrotar a la bielorrusa Victoria Azarenka por un tanteo de 6-1, 3-6 y 6-2 tras una hora y cuarenta y cuatro minutos de juego en el choque qua abrió la jornada.