El mismo barrio londinense de Totthenam donde hace una semana comenzaron los disturbios que luego contagiaron a todo el país, fue sede ayer de una marcha de vecinos indignados, cuya columna fue encabezada por madres y niños. Con carteles con consignas como “los verdaderos saqueadores son los bancos” y “denle a nuestros hijos un futuro”, varios centenares de personas cuestionaron al gobierno que sostiene que no hay ningún reclamo social de fondo –es “criminalidad pura y dura”, según el premier David Cameron– y pidieron “menos policías y más trabajo y educación”.
Madres con sus pequeños hijos, jóvenes en bicicletas, estudiantes, personas mayores, blancos, negros, asiáticos y una legión de periodistas acudió a una manifestación que se celebró justo una semana después de que se produjeran los disturbios que terminaron con más de 1.600 detenidos en todo el Reino Unido. Al final del recorrido, realizaron una asamblea al estilo de los “indignados” de España. También muchos comerciantes de Tottenham salieron a la calle en señal de apoyo, según una crónica publicada por el diario El Mundo de España.
Los asistentes dejaron en claro que la violencia no es el medio para llegar a nada y menos a lo que ellos piden: una revolución. Sue, de 60 años, confesó que decidió sumarse a la marcha porque cree que “es la única forma de contribuir a mejorar la comunidad. Los jóvenes tienen derecho al trabajo y se lo están quitando”, dijo. Por su parte, Sarah, de 22 años, resaltó que “la solución no es más Policía ni recortes, sino más trabajo y educación”.
El objetivo de los organizadores de la marcha fue llegar al centro de Tottenham para reclamar justicia por la muerte, a manos de la Policía, del joven afro británico Mark Duggan, la chispa que encendió la hoguera. Todavía no se conoce el informe completo sobre su muerte aunque ya se sabe que recibió un tiro en el pecho de la pistola de un agente y que la suya no fue disparada. Casi a la misma hora una semana atrás, la protesta pacífica, como la de ayer, terminó con incendios y saqueos. “No defendemos la violencia con la que ha actuado alguna gente pero han dado la imagen de que todos nuestros jóvenes son criminales, violentos y vándalos y no es así. Lo único que les asusta es perder el control de su sociedad, por eso, la única solución para ellos es más control y más policía”, recriminó otro de los participantes. “Ellos nos estigmatizan”, “ellos obligan a nuestros jóvenes a identificarse varias veces al día por la calle”, “ellos han provocado una crisis que no vamos a pagar nosotros”, describieron los manifestantes sobre las autoridades.