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Presidenta de punta a punta

Por David Narciso. Obtuvo 50,3%, sólo perdió en San Luis y está casi reelecta. Inédito: ningún opositor superó 13%.

La presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner consiguió un aplastante respaldo en las elecciones primarias nacionales y quedó a un paso de conseguir la reelección en octubre al alcanzar el 50% de los votos en todo el país.

No es sólo semejante porcentaje el que brilló al abrir las urnas, sino la inédita diferencia que le sacó a todos sus adversarios, ninguno de los cuales llegó al 13% de los sufragios, lo cual en la práctica desvanece el sueño de algunos sectores opositores unirse para forzar un balotaje después del 23 de octubre.

A diferencia de Alfonsín y Duhalde, el gobernador de Santa Fe Hermes Binner festejó el 10,5%. Si bien quedó cuarto en la grilla general por cantidad de votos, superó las modestas expectativas del debutante Frente Amplio Progresista y se posicionó para dar pelea por quedar un escalón más arriba en la elección general de octubre. Para eso, ya apuntó los cañones a provincia de Buenos Aires, donde la candidatura de Margarita Stolbizer no traccionó todo lo esperado.

El trago amargo para el FAP fue no triunfar en Santa Fe, donde también pegó el efecto Cristina. En una elección muy polarizada, el Frente para la Victoria obtuvo 37,9% contra 32,7% de la fórmula Binner-Morandini. En tercer lugar, muy lejos, se ubicó Alfonsín, con el 6,5%.

Este resultado permitió que la lista de diputados nacionales que encabezaba Omar Perotti fuera la más votada (38,1%), seguida por la liderada por Juan Carlos Zabalza (31,5). En el caso de la UCR, que era la única que tenía competencia interna, se impuso la lista Roja y Blanca que encabeza Federico Pezz. Así todo, ambas boletas radicales apenas juntaron el 7,4% del total de votos de esa categoría.

Por cantidad de votos, detrás de Binner se ubicaron Alberto Rodríguez Saá (Compromiso Federal), Elisa Carrió (CC-ARI) y Jorge Altamira (Partido Obrero).

El vasto triunfo de la presidenta aporta otro dato central: vastos sectores del campo y vinculados que la combatieron duro en 2008 y le dieron la espalda a sus candidatos locales la votaron masivamente. Una muestra es que en Santa Fe ganó en 17 de los 19 departamentos. Las excepciones fueron Las Colonias y Rosario.

Primaria con fuerte proyección

Cabe recordar que ninguna de las diez fórmulas presidenciales habilitadas tenía competencia interna. Esto le dio un toque muy particular al debut de las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, ya que en la práctica resultó una especie de sondeo sobre dónde estaba parada cada una de las fuerzas. Excepto las tradicionales dificultades para la conformación de mesas, el nuevo sistema electoral funcionó de forma adecuada.

Sobre las 18 de ayer, mientras en algunas escuelas del país todavía se estaba votando, todos los boca de urna pronosticaban que la lista Kirchner-Boudou superaba el 45 por ciento de los votos y que entre los candidatos de la oposición el más votado a lo sumo alcanzaría el 15 por ciento.

Con semejantes guarismos, cualquier margen de error de los boca de urna estaba más que cubierto, por lo cual desde temprano los candidatos se animaron a aparecer en público. No sorprendió que la primera fuera la presidenta, quien a las 21.30 y cuando el escrutinio oficial apenas sumaba el 10% de las mesas entró al escenario montado en el hotel Intercontinental de Capital para celebrar el resultado.

Allí la presidenta desplegó un discurso en el que elogió la reforma política de 2009 que derivó en los cambios en el sistema de votación que se estrenó ayer, destacó que por primera vez todas las fuerzas políticas tuvieron la misma posibilidad de publicitar sus candidaturas y lo puso como ejemplo de una Argentina con más igualdad. Tras hacer subir a su hija Florencia al estrado y recordar a su esposo, le pidió a la militancia “humildad y trabajo”.

De punta a punta

Para la presidenta la elección de ayer fue su primera gran prueba electoral en soledad, desde que falleció su esposo en 2009. En ella ponía a consideración sus dos últimos años de gobierno y la posibilidad de quedarse en el poder otros cuatro años. A lo largo del país esa posibilidad fue validada, incluso en distritos que en los últimos años fueron hostiles al kirchnerismo y donde incluso hace poco candidatos locales fueron derrotados por otros signos políticos.

Los casos más destacados son Capital Federal, donde la fórmula Kirchner-Boudou se impuso con comodidad a Eduardo Duhalde (Binner fue tercero); Córdoba, con casi 20 puntos más que la lista de Alfonsín-González Fraga; Santa Fe (por 5 puntos) y Tierra del Fuego, con 50 puntos de diferencia también sobre el radical. Distinta fue la historia en San Luis, donde la ecuación se invirtió y fue la presidenta la derrotada por 45 puntos.

El radicalismo, el segundo gran partido de alcance nacional, no pudo ganar en ninguna de las 24 jurisdicciones provinciales. A eso se agregó el rechazo que el electorado bonaerense manifestó sobre el acuerdo con el peronismo disidente del candidato a gobernador Francisco de Narváez, que significó la alianza Udeso. En la categoría a presidente, Alfonsín-González Fraga quedaron terceros, con el 11%, a 42 puntos de Kirchner-Boudou y a dos puntos de Duhalde. “Estoy seguro que podemos ganar las elecciones. Esta era una elección preliminar, un ensayo general: estamos en la grilla de partida”, no se resignó Alfonsín.

En tanto, en la categoría a gobernador (la provincia celebraba primarias en consonancia con el país) también De Narváez perdió por unos 30 puntos, en su caso contra Daniel Scioli, pero sacó 6 puntos más que Alfonsín, lo cual revela que hubo corte de boleta y voto cruzado De Narváez-Duhalde o De Narváez-Kirchner.

Para el caso de Eduardo Duhalde las perspectivas para las generales de octubre no son mejores. Al igual que el hijo del ex presidente su cosecha en el territorio bonaerense fue tan baja como determinante para el resultado final. Anoche, a la hora de salir a escena, no quiso admitir explícitamente los catastróficos resultados para sus expectativas y ensayó algunos mensajes sobre los que seguramente trabajará en los próximos cincuenta días de campaña. Aclaró que no tiene pensado anular “planes para las personas indigentes” y hasta anunció que impulsa un proyecto de renta básica universal al estilo del que generó el ex presidente Luiz Lula Da Silva en Brasil. También invocó su condición de “peronista de Juan Perón y Evita” en un intento por convocar al PJ más tradicional y reacio a la versión que propone el kirchnerismo.

Pero si de convocatorias se trata quizás la más explícita fue la de Hermes Binner hacia los votantes radicales que ayer lo hicieron por Ricardo Alfonsín; que sostuvo que el FAP “fue la novedad de esta elección” porque “el pueblo argentino comprendió en sólo cinco semanas que no es meramente electoral, que no busca simplemente la suma para derrotar a alguien”.

Insistió con su latiguillo de que “no todo suma”, en abierta referencia a la lógica que llevó a la UCR y Ricardo Alfonsín a aliarse con el centroderechista Francisco de Narváez. Y hasta citó una de las más famosas frases de Leandro N. Alem para convocar a los radicales a sumarse a la propuesta del FAP.

“Un reconocimiento al trabajo de ocho años”

La presidenta y candidata a la reelección por el Frente para la Victoria, Cristina Fernández de Kirchner, hizo ayer un llamado a “reflexionar juntos por la unidad de todos los argentinos para poder seguir trabajando”, y señaló: “Si escuchamos lo que dice la sociedad a través de las urnas, vamos a lograr equivocarnos un poco menos”. La presidenta pronunció su discurso anoche una vez consolidado el amplio triunfo conseguido por el FPV en las elecciones primarias, que le otorgaron a Cristina alrededor del 50 por ciento de los votos rumbo a las generales.

Pasadas las 21.30, la jefa del Estado se hizo presente en el subsuelo del porteño hotel Intercontinental, sede del comando de campaña kirchnerista, junto a su compañero de fórmula Amado Boudou. Allí la esperaba la euforia militante y los cánticos de celebración. Cristina pidió a sus seguidores “tener más humildad que nunca, más esfuerzo y trabajo”, y consideró que “el acompañamiento en las urnas es reconocimiento al trabajo y al esfuerzo de ocho años”.

A la vez, rescató “a los hombres y mujeres que han confiado una vez más en este proyecto político” y sostuvo que “este proyecto político, con trabajo y convicciones, ha transformado a la Argentina”. Cristina se mostró “muy orgullosa de haber podido coronar esta reforma política que parecía imposible”, en referencia a las primarias abiertas simultáneas y obligatorias. “La soñé –aseguró– siendo senadora opositora, siendo oficialista y hoy estamos los argentinos siendo protagonistas en la designación de los candidatos partidarios”.

De inmediato dio “gracias a los ciudadanos que concurrieron a votar; hoy se construyó un hecho histórico como lo es ampliar la democracia y profundizar el cambio”, sostuvo. La presidenta saludó “a todas las otras fuerzas políticas, a todos los candidatos de todos los partidos y todas las provincias que participaron y llevaron sus propuestas a la sociedad”. Ante una gran cantidad de militantes y dirigentes del oficialismo, dijo que las fuerzas políticas de la oposición “han contribuido a la ampliación de la democracia”, al participar y enriquecer las primarias desarrolladas en todo el país.

Por otra parte, destacó la importancia de la ley de medios y de la reforma política, hechos por los cuales “los partidos han podido acceder a la difusión de sus programas”.

“Hoy, en esta Argentina cada vez más igualitaria, podemos hablar de los partidos políticos para llegar a todos los ciudadanos sin ningún tipo de diferencia”, sostuvo. También insistió en que “se haga hacia adentro de la Argentina lo mismo que están haciendo los países de Unasur para que no permitan que este esfuerzo de años se dilapide o se destruya” ante la crisis global.

De inmediato, pidió “pensar en grande y estar unidos, porque el mundo está difícil”. Siguió: “Si logramos superar diferencias y escuchar lo que dice la sociedad a través de las urnas, vamos a lograr equivocarnos un poco menos”.

Antes de cerrar su discurso, la mandataria envió un saludo a su hijo Máximo y su nuera Rocío, e inmediatamente invitó a subir al escenario a su hija Florencia. “Quiero rendirle un homenaje a él (por Néstor Kirchner), porque esto que pasó es de él”, agregó, en medio de los cánticos de los presentes, en su mayoría jóvenes, que estallaron en el subsuelo del Intercontinental. Para cerrar, Cristina celebró “este nuevo paso de la consolidación democrática” y llamó a seguir “construyendo un país más justo y con mayor justicia social”.

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