Luego de que los primeros cuatro cuerpos del siniestrado avión militar chileno CASA 212 fueran encontrados por pescadores del archipiélago Juan Fernández, el alcalde de la zona, Leopoldo González, se resignó: «Es imposible que haya sobrevivientes». «El avión está 26 metros bajo el mar», agregó.
Brigadas aéreas y lanchas desplegaron en la madrugada un amplio operativo de búsqueda del avión CASA 212, que desapareció la tarde del viernes en las inmediaciones del archipiélago Juan Fernández, unos 670 kilómetros al oeste de la capital chilena, en pleno océano Pacífico.
El secretario general de la Fuerza Aérea, Maximiliano Larraechea, confirmó el hallazgo de los cuerpos de dos mujeres y dos hombres.
Ente los pasajeros viajaba el animador Felipe Camiroaga, el más popular de la televisión chilena, y el empresario filántropo Felipe Cubillos, impulsor de la organización «Desafío Levantemos Chile», creada para apoyar las labores de reconstrucción tras el terremoto de febrero de 2010.
Cubillos justamente emitió una de las últimas señales vía Twitter. «Viajando ahora a la isla de Juan Fernández con el apoyo de nuestra Fuerza Aérea. Seguimos trabajando en ayudar a la gente de la isla», narró en su cuenta.
Además de un equipo de Televisión Nacional de Chile e integrantes de la citada ONG, en el avión iban funcionarios del Consejo de la Cultura y personal de Fuerza Aérea de Chile.
Por razones que aún se desconocen, la aeronave siniestrada intentó realizar dos aterrizajes en el archipiélago Juan Fernández, a 670 kilómetros del continente, pero no consiguió su objetivo, tras lo cual se perdió su rastro.
El último contacto que la aeronave tuvo con la torre de control fue a las 17.48 de ayer.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, sostuvo que el accidente «fue extraordinariamente grave» y «toca el corazón y el alma de todos los chilenos».
Piñera manifestó sus «condolencias» a los familiares de las personas que fueron rescatadas sin vida y les transmitió «la comprensión y solidaridad del gobierno chileno».