Los vestidos llamaron mucho la atención, por sus colores definidos, los flecos y lentejuelas que se mostraban de la cadera para abajo. Vuitton mostró el balance correcto entre vanguardia y realismo: prendas cómodas y combinables y bolsos más pequeños que los de la temporada pasada.
La marca ofreció un espacio al tan amado y glorioso animal print que se adueña de las últimas temporadas otoño-invierno y primavera-verano.
En general, es una propuesta vivaz, con atracción en lo que fueron las texturas y su presentación destinadas a una mujer definida, segura y audaz que se atreve a mostrarse y dejar descubrir un look atrevido y elegante. Esta vez, las sandalias fueron con tiras finas y tacos; y como complementos para tan alegre indumentaria, bolsos pequeños en contraste o combinando con las prendas.
Por otra parte los rumores fueron insistentes en los últimos días. Marc Jacobs, director creativo en jefe de Louis Vuitton, estaría en conversaciones con Bernard Arnauld, propietario de LVMH, holding que tiene a, entre otras marcas muy valoradas, a Dior.
El motivo sería que tal vez para ejercer presión o simplemente porque así estaba pautado, Louis Vuitton le rendirá tributo a su diseñador, con una proyección de los trabajos de Jacobs desde sus comienzos en 1997 hasta hoy. La muestra será presentada durante el Milan Fashion Week, que estará a cargo del estilista Katie Grand y permanecerá abierta para todo público desde el 22 de septiembre al 6 de octubre.
