El presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, defendió ayer su política de apertura hacia América latina y manifestó su esperanza de que los inmigrantes de esa región lo apoyen en las elecciones del 2012, en una rueda de prensa que realizó con corresponsales de medios hispanos. Admitió que no cumplió con la prometida reforma migratoria, pero dijo: “No creo que los votantes latinos me vayan a castigar por no lograr convencer a los republicanos de hacer lo correcto”.
Obama reconoció que no había cumplido su promesa de campaña de hacer una reforma migratoria para incorporar a once millones de inmigrantes ilegales, en su gran mayoría familiares de residentes legales con derecho a voto.
“Creo que castigarán a los republicanos si ellos no se toman en serio la necesidad de reformar el quebrado sistema migratorio”, añadió.
Según analistas, el no cumplimiento de la reforma migratoria es uno de los temas que debería preocupar a Obama con miras a su reelección, dado el peso creciente de la comunidad latina, actualmente la primera minoría del país, por encima de la población negra.
La oposición republicana, que dominala Cámarade Representantes, se opone a hacer cualquier reforma en materia migratoria si antes no se refuerza militarmente la frontera con México.
El mes pasado,la Casa Blancaanunció nuevas directivas de deportación para privilegiar la expulsión del país de aquellos indocumentados con antecedentes penales y no las de estudiantes sin papeles o padres de familia.
La medida, que se espera podría beneficiar a unos 300.000 inmigrantes en peligro de deportación, fue fuertemente aplaudida por colectivos proinmigración.
Obama reiteró, sin embargo, que su vía elegida es el Congreso y no decretos del Poder Ejecutivo. “Siempre he sido y seguiré siéndolo un fuerte, fuerte defensor de una reforma migratoria integral”, sostuvo.
“Vamos a continuar intentando refinar y mejorar cómo implementamos políticas” como la de deportaciones, “pero lo he dicho antes y lo volveré a decir de nuevo: no puedo resolver el problema por medios administrativos”, sostuvo.
“Podemos hacer algunas mejoras, pero en último término mi tarea sigue siendo aplicar la ley, y por eso es que lo que necesitamos es cambiar la ley”, subrayó.
En tanto, consideró que “gracias a políticas muy buenas en América latina, liderazgos muy firmes, economías que crecen con rapidez, los días en los que Estados Unidos era el socio principal y América latina el secundario han acabado”, subrayó.
El mandatario indicó que Estados Unidos se interesa por América latina no sólo en los temas y preocupaciones regionales, que comparten por ejemplo en materia de seguridad, sino también en cuestiones mundiales en los que la región se ha convertido en un elemento de peso.
Así, recordó, varios países latinoamericanos forman parte del Grupo de los 20 y como tal participan en la toma decisiones del organismo que reúne al G-8 (los siete países más industrializados más Rusia), los 11 países recientemente industrializados yla Unión Europeacomo bloque económico.
“Estamos trabajando juntos para lidiar con temas globales así como regionales. Ese es el modelo que creo que estamos proporcionando”, afirmó.
