El proyecto de ley de Presupuesto 2012, que prevé un crecimiento de la economía en torno al cinco por ciento, ingresó a la Cámara de Diputados para su discusión parlamentaria en el último trimestre del año. Aún no está confirmada fecha en que el ministro Amado Boudou hará la presentación oficial.
El Poder Ejecutivo envió finalmente anoche al Congreso la proyección de gastos para el año próximo, que contempla, entre otras cuestiones, una inflación menor al 10 por ciento y fija entre sus objetivos normalizar la deuda que Argentina mantiene con el Club de París.
De acuerdo con lo que trascendió, la pauta de gastos e ingresos que proyecta el Gobierno para el 2012 prevé un crecimiento cercano al 5 por ciento, un aumento de la inflación del 9 por ciento, un tipo de cambio de entre los 4,40 y los 4,50 pesos por dólar y una merma en el superávit comercial.
A diferencia de lo que ocurrió con el proyecto presupuesto de este año, que no fue aprobado por el Parlamento, lo que motivó que se repitiera el del 2009, al que se le autorizaron gastos adicionales por parte del Poder Ejecutivo, se espera que el proyecto girado ayer al borde de la medianoche cuente con una mayor predisposición al tratamiento, sobre todo a la luz de los resultados de las elecciones primarias realizadas el mes pasado.
En principio se pensaba que lo haría el martes próximo, antes de viajar a los Estados Unidos, y si bien esa posibilidad no fue descartada aún, en las últimas horas cobró fuerza la posibilidad de que lo haga cuando regrese.
Boudou viajará el miércoles, junto con la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y varios de los integrantes del equipo económico para participar de la asamblea conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) y de la reunión del Grupo de los 20 (G-20) que se realizarán, en ambos casos, en Washington.
Para el 2011, se calcula que el saldo positivo entre la diferencia de las ventas y las compras desde y hacia el exterior superará los 10 mil millones de dólares, mientras que para el año que viene, siempre según los trascendidos, las estimaciones lo ubicarían en cerca de la mitad de ese nivel, es decir rondando los cinco mil millones de dólares. Aunque se mantiene la proyección de superávit primario -diferencia entre los gastos y los ingresos públicos, sin computar los pagos al exterior, fundamentalmente por pago de deuda- las versiones indican que el gasto público tendría un incremento cercano al 20 por ciento.
También se indica que las áreas clave en donde el Gobierno hará foco para incrementar las partidas serán las infraestructura, educación, salud y desarrollo social. En ese sentido, en las últimas horas, el viceministro de Economía, Roberto Feletti, adelantó que «habrá continuidad de políticas de inversión e infraestructura», así como también en el apoyo para «avanzar en las políticas de sustitución de importaciones».