A mil días de la celebración del Mundial de Brasil 2014, el tiempo y el dinero han comenzado a convertirse en un problema. El importe de las obras se ha disparado y los plazos no se van cumpliendo según lo esperado en los planes iniciales del Comité Organizador.
Pese a ello y como para despejar cualquier duda que pudiera aparecer en el horizonte, la presidenta Dilma Rousseff en una ceremonia en Belo Horizonte anunció inversiones en infraestructura por más de 2.000 millones de reales y aseguró que «comenzamos el conteo regresivo para la Copa del Mundo 2014 y Brasil conquista al mundo», afirmó
«Invertir en infraestructura es una manera de decir no a la crisis internacional que afecta a los países de la zona euro y de Estados Unidos», añadió Rousseff en presencia de Pelé, el mejor jugador de la historia de Brasil y embajador extraordinario para la Copa del Mundo 2014.
«Faltan mil días, 52 obras, doce estadios, leyes y una selección», tituló hoy el diario O Globo, resumiendo el desafío que implica para el país acoger la mayor fiesta futbolística del mundo.