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Por qué no suelta amarras el Puerto de la Música

Por Santiago Baraldi.- En medio de un conflicto interminable, El Ciudadano reunió a dos protagonistas clave. Este es el debate.

El conflicto entre los trabajadores del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (Supa) y el gobierno provincial por la construcción del Puerto de la Música, en el sector de muelles ubicados en Pellegrini y el río, parece no tener final. El Ciudadano reunió al asesor legal del gremio, César Aybar, que se opone a la obra en ese lugar, y al mítico director del Coro Estable y el Pro Música de Rosario, Cristián Hernández Larguía, defensor del proyecto. Ambos dialogaron en los terrenos de la polémica donde pretende construirse la megaobra diseñada por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer.

—(Cristián Hernández Larguía): No soy político, jamás estuve afiliado a ningún partido, pienso que la política es el opio de los pueblos. Mi posición esencialmente es de la cultura y especialmente de la música. Hace muchos años vi cómo después del terremoto de San Juan en esa ciudad se levantó un auditorio excelente, la mejor acústica del país. Después de ver eso, durante años estuve hablando con distintos gobernadores, intendentes, senadores, diputados, concejales para que en Rosario se pudiera hacer algo similar. Cuando apareció esta idea del Puerto de la Música, para mí fue como que se me cumplía el sueño del pibe… A mí no me interesa de quién es la idea, me interesa la idea.

—(César Aybar): Nosotros no nos oponemos a la cultura, entendemos que Rosario creció muchísimo y que su cultura también, y como trabajadores estamos contentos de que así sea. Es una plaza que es reconocida por su música, teatros, conferencias y más, lo que es fundamental para el crecimiento espiritual del ser humano. La cultura también genera dividendos para los trabajadores que están directa o indirectamente ligados a la cultura. Nosotros no nos oponemos al proyecto del Puerto de la Música, lo que planteamos es que en donde se quiere hacer la obra, lamentablemente, no es el lugar más adecuado por una cuestión lógica: es el mejor muelle que hoy tiene el puerto de Rosario, que está en funcionamiento, que hoy tiene más 30 mil toneladas de barras de hierro para la planta Sipar, hay 300 mil toneladas de fertilizantes. Lo que vemos es que el gobierno provincial quiere hacer este proyecto, que es muy lindo, sobre un muelle productivo. Es más, no nos está alcanzando la mano de obra por la cantidad de trabajo que tenemos, tenemos que estar rotando, haciendo horas extra para que el puerto funcione con normalidad. Se lo planteamos al gobernador (Hermes Binner) y a los diferentes sectores, diciendo: “Señores, el proyecto es fabuloso, pero corriéndolo cien metros más para el lado del Monumento a la Bandera no habría conflicto de intereses”. Ese lugar sí tiene muelles obsoletos y que son de la ciudad de Rosario, están en desuso, y se podría levantar ahí (en realidad no están disponibles porque están afectados a acuerdos internacionales para las zonas francas de Paraguay y Bolivia). Entendemos que hay un plan de urbanización, pero también planteamos que no maten la producción ni las fuentes de trabajo por generar un centro cultural. Rosario creció gracias al puerto. Incluso, la ciudad cuenta con un montón de lugares donde se podría construir el Puerto de la Música o Palacio de la Música, como en la zona del hipódromo, en el Parque Independencia, por ejemplo.

—(CHL): ¿Cuál es el cuestionamiento de la provincia para no querer correrlo cien metros para el lado del Monumento como sugieren?, ¿qué dicen ellos, cuál es la objeción?

—(CA): Nunca contestaron. Desde antes de las elecciones a gobernador nos sentamos y lo planteamos. Nunca nos contestaron. De hecho propusimos al gobierno provincial por escrito que se siga avanzando con el proyecto del Puerto de la Música, donde lo quieren hacer, pero que nos garanticen los puestos de trabajo y que hagan los muelles. Que lleguen a un acuerdo con la empresa, que corran el muelle, lo corren cien metros para el lado del Monumento y no pierde dinero ni la empresa ni la provincia porque las licitaciones ya están hechas. El gobernador sabe que los trabajadores estamos dispuestos a dialogar y resolver el conflicto. Nos hacemos cargo que iniciamos el conflicto, pero si no lo hacíamos el gobierno venía a desafectar el muelle y no hay uno para reemplazarlo inmediatamente. Les planteamos que si querían hacer el Puerto de la Música, primero que nos construyeran un muelle de reemplazo donde pudiéramos reubicar a nuestra gente, para que el puerto no pierda su capacidad operativa y entonces sí construyan el Puerto de la Música.

—(CHL): ¿Y existe ese espacio para hacer un muelle nuevo?

—(CA): No está el espacio. En la zona sur está contemplado un espacio, que no es una zona apta para la actividad y, encima, obliga a la ciudad a mudar el emisario sur con un costo altísimo.

—¿Qué dicen las autoridades de la empresa Terminal Puerto Rosario?

—CA: Ellos aducen que lo heredaron de empresas anteriores. Lo veníamos planteando antes de que se iniciara el proyecto. Dijimos que íbamos a tener problemas, entonces planteamos: escuchen a los trabajadores, les dijimos que estaban encarando una obra sin conocer la actividad portuaria. Es el mismo gobierno provincial el que debe bregar por el puerto porque es un puerto público. Tiene que garantizar el servicio y las fuentes laborales. Como aquí ya no está apto para la actividad portuaria, las nuevas terminales buscan lugares como Timbúes, Puerto San Martín, San Lorenzo, Villa Gobernador Gálvez, Alvear, Villa Constitución… Tenemos la particularidad de que donde estamos nosotros es la mejor zona por el calado del río, por su capacidad operativa.

—¿Cuánto cuesta hacer un puerto nuevo?

—CA: Mil trescientos millones de dólares. Imposible… Le dijimos al gobernador: ‘Tenemos dignidad porque tenemos trabajo’. Mis hijos pueden ir a la escuela porque tengo trabajo, ellos pueden acceder a la cultura porque tengo trabajo, porque las necesidades básicas están cubiertas. Si estoy desempleado no voy a disfrutar de un concierto de música, voy a estar pensando cómo parar la olla. Es la realidad.

—CHL: Sabía del problema pero no estaba al tanto de lo que plantean con buen criterio. Si es cierto que se propuso “correr” la obra unos metros más al norte, no sé por qué no se puede. Por ejemplo, yo soy antijuego, estoy en contra del Casino, del Hipódromo… Levantaron un casino en medio de una villa, ¡eso es una cachetada! Sé por gente que vive en Villa Gobernador Gálvez, gente trabajadora, que conocen familias destruidas, en la miseria, se olvidan de los hijos por ir a jugar. Incluso el Parque Independencia está ocupado por un montón de cosas que no deberían estar ahí, porque es un espacio público y podría levantarse este proyecto ahí por ejemplo.

—CA: No nos deben correr con el tema de que la obra del Puerto de la Música va a generar trabajo, que es cierto, pero una vez que se concluya, ¿qué pasa? El puerto tiene una actividad continua…

—CHL: No entiendo el criterio de dejar en la calle a un gremio para que otro gremio trabaje, no me parece una solución. El proyecto ideado por el brasileño Oscar Niemeyer es en ese lugar, le han enviado fotografías, un relevamiento e imaginó su obra en ese lugar frente al espejo de agua.

—CA: Mire, esa obra estuvo dando vueltas por varios lugares. En Brasilia no la permitieron, incluso también presentó el proyecto en Francia y tampoco lo aceptaron. El mismo gobierno provincial plantea el caso de las rías de Bilbao, que no es caudaloso como el Paraná, con salida al mar, donde había industrias metalmecánica, astilleros, muelles, una zona diez veces más contaminada que el Riachuelo. Ellos plantearon que tenían que hacer una reconversión del lugar porque así no podía seguir y paralelamente que no se afectara la economía. Para levantar esos muelles, primero hicieron unos nuevos sobre la desembocadura al mar, mudaron las industrias, la gente no sufrió la baja del desempleo y modificaron la actividad.

—CHL: Me sorprende que la provincia no los atienda, que este tema esté tan dilatado…

—¿Cuánta gente está ligada directamente a la actividad portuaria?

—CA: Son unos 350 puestos de trabajos directamente de nuestro gremio, pero después está todo lo que mueve: camioneros, contadores, capataces, despachantes de aduanas… son miles de puestos de trabajo que involucra la actividad portuaria. Por eso decimos que el puerto es un motor muy importante para la ciudad.

—CHL: Rosario es el puerto y dejó de serlo cuando el puerto se vino en banda.

—Desde la Municipalidad aseguran que las fuentes de trabajo no se van a perder como ocurrió con el Puerto Norte…

—CHL: Para mí lo que se ha hecho ahí es criminal. La Municipalidad está rematando al mejor postor esos lugares que deberían ser públicos al servicio del ciudadano de Rosario. Lo que hicieron con el edificio histórico de Refinería es criminal, ese barrio tiene una historia en la ciudad.

—CA: Ese argumento es falaz porque la gente que trabajaba allí quedó en la calle. La mayoría de ellos están lavando autos en la zona del Enapro y Prefectura o de cuidacoches o cartoneros. Pudimos reubicar a muy pocos en otras terminales portuarias.  Por eso nuestra postura actual, porque nos venimos quemando con leche. El ministro de Aguas y Servicios Públicos, Antonio Ciancio, nos dijo que ellos tenían un plan a 20 años para sacar el puerto de la ciudad, y le preguntamos: ‘¿Dónde van a poner el puerto de Rosario?’, y me dijo: ‘Ese no es un problema nuestro’. Convengamos que Rosario no es una ciudad turística por excelencia…

—CHL: Rosario es una ciudad que se la quiere hacer turística, pero de ninguna manera podría vivir del turismo, pero sí del movimiento del puerto.

—CA: Cuando participamos en congresos en otros lados a los que nos invitan nos hablan del río que tenemos y de la suerte de vivir en una ciudad con puerto. Son los mismos funcionarios los que hablan pestes del puerto, y es como si yo tengo un restaurante, hablan pestes, no va nadie, lo tengo que cerrar y la gente se queda sin trabajo. Esto es igual. El gobierno y la ciudad deberían proteger a su puerto, que es fundamental para el crecimiento económico de Rosario.

—Uno de los argumentos de los responsables del proyecto es que el muelle está obsoleto…

—CA: Sí, nos dicen eso y hay una cantidad de mercadería impresionante. Éste es un lugar que en su momento los franceses le ganaron al río. Se trabaja las 24 horas, cuatro turnos de seis horas y en la temporada alta, cuando llegan cuatro o cinco buques juntos, no nos alcanza la mano de obra.  Hay un galpón nuevo, con capacidad de 40 mil toneladas, donde hoy hay fertilizantes, sellado, no hay polución. Los muchachos hacen horas extra. Hoy el sueldo más bajo anda por los 6.900 pesos, y hay quienes ganan hasta 13 mil pesos por mes. ¿Cómo no vamos a defender esto? Antes teníamos un jornal que era una miseria. Antes, el trabajador del puerto era el tipo que salía de la cárcel, era el tipo que nadie quería, y hoy no es así. Hoy es un obrero especializado, que trabaja con equipos de alta tecnología, con mucha responsabilidad y por eso el sueldo es mejor. Si no tenemos muelle, el barco no viene y nos quedamos sin trabajo.

—CHL: Lo que usted plantea es una cuestión de sentido común, de lógica. Está a la vista que el muelle se encuentra en plena actividad.

—CA: Mire, en Puerto Norte se sacó un elevador de granos no transgénicos, que era uno de los tres que había en el mundo. Hoy, en ese lugar, están levantando la torre Maui, en el mejor sector del puerto. Ahí el grano bajaba por gravedad, por lo que no consumía electricidad y era un grano con demanda en el mundo, y la gente que trabaja allí se perdió. Se hizo un negocio inmobiliario y se dejó a la gente en la calle. Es decir, lo que queda claro es que Rosario tiene un plan urbanístico inmobiliario sobre la costa, sin puerto.

—¿Ustedes conocen quién tuvo la idea original de levantar justo en estos terrenos el Puerto de la Música?

—CA: Tengo entendido que Niemeyer no. Es una obra grande, y nosotros no queremos que nos maten la fuente de trabajo, nada más. Hemos resistido el intento de desalojo de parte de un gobernador justicialista, que nos mandó 400 policías, es decir que nuestra postura no es electoralista. No nos importa el color político, defendemos lo nuestro.

—Desde algunos sectores plantean que no es prioritario gastar en el Puerto de la Música cuando la ciudad tiene otras prioridades.

—CHL: No estoy de acuerdo con ese argumento. Decir que no a la cultura porque hay otras demandas… A Dostoievski, como líder revolucionario más importante que Lenin, el zar lo había enviado a la Siberia precisamente por sus ideas. Cuando le escribía a su familia no les hablaba ni del frío, ni del hambre, hablaba de libros…

—CA: Nosotros estamos en contra de esa polarización, de música sí trabajo no o viceversa. Tiene que haber un equilibrio, en el que ambas cosas sean complementarias. No podemos ingresar en ese debate. El debate que tenemos que darnos es qué ciudad querenos y qué puerto queremos.

—CHL: Yo saco una conclusión de todo esto. La verdad que venía con las lanzas de punta, para poder discutir contigo, César, y me encuentro que con el diálogo, y esto es algo que los argentinos hemos perdido, uno aprende. Te voy a decir que no me parecés el tipo más simpático del mundo… (risas), pero sí me parecés razonable. Eso es lo importante. Lo que me gustaría es que saquen los carteles que dicen ‘no a la música’.

—CA: Bueno, a los muchachos hay que contenerlos también… (risas). Nosotros queremos el diálogo. Gracias a usted por escucharnos, usted es un obrero de la música.

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