Dos de los narcotraficantes colombianos más buscados por la agencia norteamericana DEA (Drug Enforcement Administration) se reunieron en Rosario a principio de mes para sellar un pacto sobre la disputa por el dominio del territorio de los cárteles de drogas. Así lo publicó ayer el diario El Tiempo, de Bogotá, desde donde explican además que los responsables de movilizar estupefacientes en varios países de Centro y Sudamérica izaron la bandera blanca, al menos por un tiempo. Se presume que Sebastián y Valenciano, alias bajo los cuales son conocidos los fugitivos, llegaron a Argentina con pasaportes con identidades falsas que les permitieron moverse por las fronteras con una alta cuota de tranquilidad. Sin embargo, a pesar de las afirmaciones del periódico colombiano, desdela Policía Federal Argentina consideraron “poco probable” que el encuentro se haya producido en esta región del país sin que ellos se anoticiara.
“Aquí en Colombia hay muchos narcotraficantes. Nosotros permanentemente seguimos los movimientos de estas personas, que sabemos que se mueven por Argentina y Centroamérica”, dijo una fuente de El Tiempo a este diario, aunque prefirió reservar su identidad por cuestiones de seguridad.
El contexto a veces puede jugar una mala pasada, y esto quedó claro durante la entrevista con la fuente. Los cárteles de drogas pisan fuerte en el país caribeño, y eso convierte al periodismo especializado en narcotráfico en un posible blanco de ataques. Es por esto que el informante prefirió no responder a preguntas que en el periodismo local son de rutina, pero que en un país como Colombia pueden significar una vida. “Yo no sé el nivel de riesgo que se corre enla Argentina, pero aquí sí se corre mucho riesgo con este tipo de información”, dijo la persona consultada al periodista de El Ciudadano.
En su edición de ayer, El Tiempo publicó una nota que hizo epicentro en Rosario. De acuerdo con el informe, dos conocidos narcotraficantes colombianos tuvieron una reunión en esta ciudad donde plantearon una tregua entre ambos –que pertenecen a bandos opuestos– y se repartieron el control de algunas comunas de Medellín para el desarrollo de sus actividades ilegales.
Se trata de Maximiliano Bonilla Orozco, alias Valenciano, “jefe de la estructura criminal conocida comola Oficinade Envigado (cártel creado en los ochenta por Pablo Escobar), quien se disputa el negocio del narcotráfico y el manejo de bandas criminales de Medellín con Éricson Vargas”, dice el diario. Y justamente este último, conocido en el ambiente por el apodo de Sebastián, fue el otro asistente a la reunión que, según esta versión, se desarrolló en Rosario durante los primeros días del mes de septiembre. Al parecer, los sujetos estuvieron en la ciudad tres días durante los cuales pasaron completamente desapercibidos.
Según desliza el periódico, desde fines de 2010 Valenciano se volvió como una especie de obsesión parala DEA, cuando el narco incumplió al decir que iba a entregarse y de hecho ofrecen una recompensa de 5 millones de dólares a quien dé cuenta de su paradero. “Desde ese momento se transformó en una gran obsesión para ellos, y por eso cuando se enteraron del encuentro en Rosario empezaron a averiguar cómo era que ellos no se habían enterado”, dijo la fuente de El Tiempo. De este modo, los agentes norteamericanos dieron con el dato de que los sospechosos habrían estado viajando con identidades y pasaportes falsos, y por eso no fueron detectados a pesar de que aparecen en las circulares de Interpol.
“La información que aparece en la nota fue obtenida de fuentes de la DEA y chequeada con personas cercanas a los grupos delictivos”, explicó el vocero colombiano que participó en la elaboración del informe. Sin embargo, desde la Policía Federal Argentina consideraron “casi imposible” que los narcos hayan ingresado al país ya que son buscados a nivel internacional, y aún menos probable que hayan pasado por Rosario.
