Un error y su enorme incapacidad ofensiva le impidieron a Newell’s quedarse con una victoria que (otra vez) mereció pero que no supo maniatar. El 1-1 con Godoy Cruz fue poco premio para todo lo que generó, pero justo castigo para un equipo que no sabe meterla.
Newell’s asimiló la presión de la previa y la volvió enjundia, compromiso y determinación. El arranque dela Leprafue a toda velocidad, inédito en el torneo. Con Mauricio Sperduti y Lucas Bernardi como los abanderados, más la participación activa de Víctor Figueroa, Newell’s literalmente acorraló al Tomba. A los diez minutos, Figueroa ya había tenido dos chances claras, sin poder revalidar la ‘ley del ex’. En la primera dominó perfecto pero definió al cuerpo de Nelson Ibáñez y en la segunda no alcanzó a cabecear con comodidad un centro de Sperduti. El Tomba avisó con un remate de Armando Cooper y un cabezazo de Israel Damonte que podía generar peligro si Newell’s se exponía demasiado.
La Lepraempezó a bajar la intensidad de su juego, pero no perdió la iniciativa. Pero sus avances no prosperaban porque el intérprete de turno terminaba mal la jugada o elegía el camino equivocado. Esa falta de claridad en los últimos metros despertó algo de murmullo, que rápidamente fue acallado con la apertura del marcador.
Figueroa encabezó el ataque y cedió para Bernardi que, como frente a Vélez, se vistió de asistente para que Aquino sólo tuviera que empujarla y decretar el 1-0.
Sin embargo, un error en el arranque del complemento y la ineficacia para resolver acciones de cara al arco lo privaron a Newell’s. Desinteligencia entre Sebastián Peratta y Hernán Pellerano que Facundo Castillón no desaprovechó. Desde entonces, Newell’s atacó sistemáticamente al Tomba y generó acciones muy claras. Aquino metió un tiro en el palo tras un buen centro de Carmelo Valencia, Néstor Camacho remató cerca, Ibáñez le tapó un disparo a Pablo Pérez y otro cabezazo a Aquino. Y con eso se diluyó la ilusión leprosa de quedarse con la victoria. Newell’s, preso de su impericia ofensiva, volvió a empatar. Una constante.