La presidenta Cristina Kirchner puso en marcha en el partido bonaerense de Zárate, la central nuclear Atucha II, que a partir del año próximo aportará 700 megavatios al sistema eléctrico nacional y a la que calificó como un «símbolo de la postergación», luego de que su construcción quedara paralizada durante varios años.
Atucha II es una central nucleoeléctrica que va a aportar 745 Megavatios al sistema interconectado nacional. El turbogrupo de Atucha II será la máquina de mayor potencia unitaria del sistema eléctrico argentino. A su vez, será la tercera central nuclear del sistema eléctrico nacional, en adición a Atucha I (335 Megavatios) y Embalse (600 Megavatios).
La mandataria dio inicio al proceso de Puesta en Marcha de la Central, que consistió en la prueba y verificación individual de cada uno de los 566 subsistemas, para luego verificar el funcionamiento de cada sector de la misma, proceso que culminó con la puesta en funcionamiento del reactor, la producción de vapor y generación de energía eléctrica para entrar en producción comercial durante el próximo año.
Atucha II tiene una significación vital para el país, no sólo por la generación de energía eléctrica, sino también por haber reactivado todo el espectro científico, tecnológico e industrial asociado al campo nuclear.
La actividad nuclear en la Argentina se inició a partir de la visión estratégica del ex presidente Juan Domingo Perón, que creó en 1950 la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) con el objetivo de desarrollar esta incipiente forma de energía.
Este proceso culminó exitosamente en 1974 con la inauguración de Atucha I, primera central nuclear en Latinoamérica, también durante la presidencia de Perón, que además firmó el contrato para la construcción de Embalse, inaugurada en 1984.
En la década del ´90, la implementación de políticas neoliberales hizo que la actividad nuclear perdiera su ímpetu, desarticulándose sus capacidades y estructuras, llegando a peligrar su existencia.
A partir de mayo de 2003, el ex Presidente Néstor Kirchner, decidió restablecer la actividad nuclear. En 2006 se puso en marcha, a través del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, el Plan de Reactivación Nuclear, como parte del Plan Energético Nacional.
La iniciativa se propuso reiniciar la construcción de la Central Nuclear Atucha II, que se había comenzado en 1980 y que fue paralizada en forma definitiva en 1994.
Las próximas actividades del Programa de Energía Nuclear Argentino comprenden: la extensión de vida de la Central Nuclear Embalse, la construcción de la Cuarta Central Nuclear Argentina y del reactor Carem.