Una semana después de la muerte de Guillermo Álvarez, ejecutado de cuatro balazos el 25 de marzo pasado en una esquina de la zona oeste, un siniestro de tránsito dejaba en manos de la Justicia al principal sospechoso del homicidio. Se trata de un muchacho conocido como Gitanito, Joseíto o José Pistola, quien estaba acusado de asesinar a su cuñado, con quien ya había mantenido varias discusiones porque éste le recriminaba que golpeara a su hermana. Por ese crimen, el juez de Instrucción Luis María Caterina procesó a José Pedro T., de 24 años, y convirtió en prisión preventiva su detención.
El homicidio de Guillermo Álvarez ocurrió minutos después de las 20.30 del 25 de marzo pasado en inmediaciones de Matienzo y bulevar Seguí, donde la víctima recibió cuatro disparos que le provocaron la muerte casi al instante. Las primeras versiones policiales indicaron que la víctima caminaba por la calle cuando fue interceptado por un vehículo desde el cual le dispararon sin mediar palabra.
Pero el fallo judicial da cuenta que Álvarez estaba sentado en un umbral cuando se acercó un tal José Pistola, le apuntó con un arma, y sin darle tiempo a levantarse le disparó cuatro veces.
En ambas versiones se mencionó que el móvil del homicidio podía tener relación con varias discusiones previas que habían enfrentado a la víctima con el imputado, quien estaba acusado de golpear en reiteradas oportunidades a la hermana de Álvarez.
En la investigación judicial, el juez Luis María Caterina recolectó varios testimonios que apuntaban a José Pistola como autor de los disparos, que también es conocido en la zona oste como Gitanito o Joseíto.
Uno de los testigos presenciales del hecho indicó que Guillermo llegó a pie y se detuvo a hablar con unos amigos y que pocos minutos después se presentó un pibe conocido como José Pistola que sin mediar palabra desenfundó una pistola9 milímetrosy le tiró, para luego huir al trote por bulevar Seguí hacia Matienzo. Otros tres testimonios de mujeres sindicaron al Gitanito como ex pareja de la hermana del muchacho asesinado, con quien el joven mantenía discusiones en forma periódica.
Testimonio de oídas
Entre los argumentos esgrimidos por la defensa de José Pistola, se planteó “el carácter de oídas de los testimonios de la mujeres que fueron anoticias luego del hecho”.
Pero, para el juez, la evidente reticencia de los testigos es “absolutamente explicable en función del miedo suscitado por la muerte de su amigo delante de sus propios ojos”.
En ese sentido, el magistrado expresó en el procesamiento: “Han de prestarse atención a los testimonios de oídas de las mujeres que reciben la noticia, pues en este estado del proceso aparecen como el reflejo real de lo acontecido”.
“Es claro que en el actual contexto de inseguridad sólo quien se halle muy relacionado con la víctima puede decidirse a afrontar las consecuencias de su colaboración con la justicia para la dilucidación de un homicidio”, agrega el escrito del juez Caterina.
Con esos argumentos Pedro José T., de 24 años, fue procesado por el delito de homicidio simple y su detención convertida en prisión preventiva.
El joven fue buscado porla Policíatras el asesinato de Álvarez, pero recién fue apresado en el Hospital de Emergencias una semana después del homicidio, luego de protagonizar un siniestro de tránsito.
Voceros del caso indicaron que los familiares de José Pistola dieron una identidad falsa en el Heca, ya que sabían que era buscado por el homicidio de su cuñado. “La familia dio otra identidad, pero después se determinó que era José T., quien estaba internado en estado muy grave”, remarcó la fuente.