El margen bruto –la diferencia entre los ingresos totales y los gastos necesarios para la producción– de las carnicerías ronda ahora el 40 por ciento cuando históricamente era del 25 por ciento, según un estudio del analista de mercados Ignacio Iriarte, director de Informe Ganadero. El especialista también llamó la atención sobre el hecho de que, mientras el precio del novillo en los países vecinos cae en forma sostenida, en la Argentina sigue en aumento “a contramano de lo que sucede en el resto del Mercosur”.
Iriarte tomó en cuenta la encuesta de un “frigorífico consumero” que vende carne en cortes o cuartos en todo el país y que realiza un sondeo a través de sus vendedores para determinar a qué precios comercializan los diferentes cortes los carniceros tradicionales. La encuesta alcanza a las carnicerías ubicadas dentro de los supermercados chinos, al considerar que entre esos dos sectores venden del 65 al 70 por ciento de la carne del segmento minorista.
El frigorífico “se encontró con que el margen promedio de utilidad bruta de los carniceros se ubicaba en el orden del 40 por ciento, a raíz de un corrimiento lento, pero continuo, en los precios al mostrador que se habría dado en los últimos meses”, señaló el consultor agropecuario. Y añadió que se produjo “un estancamiento o leve crecimiento de los precios mayoristas de la media res”.
El margen bruto de un minorista se ha calculado históricamente en un promedio del 25 por ciento y el alto índice actual “sería consecuencia de volúmenes comercializados por bocas declinantes y costos en alza: alquileres, luz, sueldos, fletes y envases”. Iriarte analizó que “sólo se puede sobrevivir con márgenes superiores a los históricos”.
La encuesta también encontró un volumen importante de pollo subsidiado a 9,50 pesos el kilo sin menudos en las mismas carnicerías, cuando hasta hace poco la oferta de ese tipo de carne se daba sólo a través de las grandes cadenas de supermercados. Los carniceros encuestados consideraron que el bajo precio del pollo y su generalizada oferta le ponen un límite a nuevas y eventuales subas de la carne vacuna al mostrador.
Por otro lado, Iriarte interpretó que hay una novedad que merece atención: la caída del precio del novillo en los países vecinos, algo que no se registra enla Argentina.
En Paraguay, debido al cierre de las exportaciones por el brote de aftosa, bajó más de un 30 por ciento, pero con pocos compradores a la vista y ganaderos que se resisten a vender.
En Brasil, un mercado en el que hasta hace pocos meses el novillo llegó a valer más que en los Estados Unidos, después de la devaluación del real cotiza un 33 por ciento por debajo, “incrementando de este modo su competitividad en el mercado internacional”.
Uruguay tiene una baja importante, porque en ese país, que destina el 70 por ciento de su producción al mercado externo, los cambios en la demanda internacional se reflejan rápidamente en el precio del ganado.
“En la Argentina, en cambio, a contramano de lo que sucede en el resto del Mercosur, el novillo ha aumentado de valor desde principios de la crisis. No cae hasta ahora el precio internacional de la carne, porque la oferta sudamericana es muy reducida”, concluyó Iriarte.