Luego de unas 700 detenciones de manifestantes por cortar durante un par de horas el puente neoyorquino de Brooklyn, el sábado pasado –la mayoría ya obtuvo la libertad según las autoridades– los “indignados” redoblaron la apuesta ayer con nuevas marchas en Nueva York, la extensión de las protestas a otras ciudades y el anuncio de una gran movilización hacia la Casa Blanca el jueves próximo.
Los integrantes del denominado “Occupy Wall Street” (“A ocupar Wall Street”) organizaron ayer una marcha en la zona financiera vestidos como “zombies corporativos” en claro desafío a las autoridades, luego de las centenares de detenciones de activistas durante el fin de semana que, además, produjeron movilizaciones en solidaridad en ciudades como Boston, San Francisco y Los Ángeles.
Por otro lado, los activistas anunciaron que el jueves próximo, en el décimo aniversario del inicio de la guerra en Afganistán, tratarán de hacer oír su voz ante el presidente Barack Hussein Obama, en Washington.
Allí, está prevista una sentada en Freedom Plaza, a mitad de camino entrela Casa Blancay el Capitolio.
Mientras tanto, los “indignados” estadounidenses también se hicieron visibles ayer en Los Ángeles. En forma similar al movimiento social espontáneo que brotó en Nueva York, en la ciudad californiana los jóvenes comenzaron a protagonizar protestas que tuvieron su pico ayer cuando más de 300 personas se apostaron a un costado de la alcaldía con pancartas sobre su movimiento que, como el de Nueva York, exige un cambio en la política económica y social de Estados Unidos.
Los “indignados” caminaron con sus banderas y consignas al inicio de la audiencia del juicio que a unos metros de distancia enfrenta Conrad Murray, el médico personal del desaparecido cantante Michael Jackson.
Desde el sábado pasado unos 150 integrantes de esta movilización durmieron en casas de campaña para protestar por lo que consideran una desigualdad social y demandar el fin de los privilegios de las corporaciones.
La protesta se concentró en las calles Primera y Main y también se promueven con mensajes en internet y con celulares para llamar a que se sumen a más acciones de solidaridad.
“Vamos a estar aquí por semanas o meses hasta que nuestras necesidades básicas sean escuchadas y por eso lo estamos llamando «la ocupación» de Los Ángeles”, expresó uno de los activistas.
Lo mismo ocurrió el fin de semana pasado en grandes ciudades como Chicago, Boston y San Francisco, en donde fueron miles los convocados.
Los analistas consideran que si bien las protestas que comenzaron en Nueva York hace tres semanas son aún “minoritarias”, están sumando cada vez más simpatizantes.
Todo comenzó con una convocatoria del movimiento anarquista Adbusters y otros grupos de izquierda a través de internet. Pero de poco se fueron sumando ecologistas, ONGs de defensa de los derechos humanos, así como también presencias individuales de veteranos de guerra, profesores universitarios y estudiantes.
Las razones para manifestarse son muy diferentes: el rechazo a la continuidad de las prácticas corporativistas en Wall Street a pesar de la crisis de 2008, los recortes en el presupuesto federal en áreas como la educación, la brutalidad policial y el calentamiento climático, entre un sin fin de demandas.
“Cada uno tiene una razón y un objetivo diferente para estar aquí”, dice en ese sentido Anthony, de 28 años y participante activo en la protesta neoyorquina.
“La única cosa que tenemos en común es que somos el 99 por ciento de la gente que ya no tolerará la codicia y corrupción del uno por ciento”, admitió en el sitio internet “Occupy Wall Street”, que difunde las actividades diarias de los manifestantes.