Uno de los imputados en la causa que investiga la saga de crímenes de ancianos en barrio Parque recuperó la libertad anteayer, luego de recibir un dictamen de falta de mérito por los tres delitos de homicidio y encubrimiento que pesaban en su contra. Se trata de Pablo R., quien a principios de este mes pidió declarar ante la jueza y dio una versión de los hechos que culminó con la detención de Gustavo Santoro, el menor de cuatro hermanos verduleros, cuyo hermano mayor está procesado por tres de los asesinatos.
Según informó su abogado defensor Germán Mahieu, la jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara dictó falta de mérito para Pablo R., quien estaba imputado por tres de los homicidios y también por encubrimiento. El letrado dijo además que su cliente fue indagado por el hurto de electrodomésticos a la empresa Gafa, delito que surgió en el marco de la investigación de los homicidios de Concepción Lavore (asesinada en su casa de Suipacha al 2100 en febrero de 2010), Susana García de Giménez (ultimado el 27 de mayo del año pasado en su domicilio de Riobamba al 3000) y José Savini (el mismo mes en la localidad de Zavalla).
El pasado 3 de octubre la causa dio un giro importante cuando la jueza María Luisa Pérez Vara ordenó la detención de Gustavo Santoro, el menor de los hermanos involucrados en la saga de crímenes en barrio Parque, quien negó los hechos y se abstuvo de declarar.
Desde entonces la magistrada dispuso el secreto de sumario y lo único que se informó fue que la detención se debió a “nueva evidencia probatoria”. Más tarde trascendió que la prueba incorporada fue la declaración brindada por Pablo R., quien todavía estaba en calidad de detenido e imputado en los tres homicidios.
Fuentes allegadas a la causa indicaron que, en sus dichos, Pablo sindicó a Martín y a uno de sus hermanos “que no era Federico”. La acusación explica la rueda de reconocimiento que tuvo lugar días después, por la que pasaron Gustavo y Cristian, siendo señalado el primero de los hermanos.
Mahieu reiteró ayer que su cliente Pablo R., implicado en la causa por una escucha telefónica en la que conversa con Martín Santoro, actuó como agente encubierto dela Policía, a la que acudió porque tenía información sobre uno de los homicidios.
En ese sentido, dijo que Pablo conoció al mayor de los verduleros casualmente porque acudió a su granjita, ubicada en barrio Parque, a comprar comida al paso.
En la charla se intercambiaron los teléfonos por temas de trabajo; días después Martín lo llamó para preguntarle si sabía poner autos en marcha sin las llaves. Según el relato de Mahieu, cuando su cliente volvió a ver a Martín Santoro estaba acompañado por uno de sus hermanos y al preguntarle por el auto le respondió que “los dueños se fueron de viaje y no vuelven más”, y más tarde precisó que lo habían matado, sostuvo el abogado.
A raíz de esos dichos, Pablo R. dio aviso ala Policíay fue en ese momento que le pidieron que actuara como agente encubierto para recolectar más información, según dijo Mahieu, tras argumentar que la versión se hizo esperar porque su cliente, detenido el 28 de febrero pasado, tenía miedo.
Voceros judiciales informaron ayer que la causa continúa bajo secreto de sumario, por lo que no pudieron adelantar detalles en cuanto a la situación procesal de los hermanos Martín y Gustavo Santoro, presos por tres de los homicidios.
El mayor de los hermanos verduleros, Martín Santoro, está procesado como autor material de los tres crímenes. Sus otros dos hermanos, Federico y Cristian, detenidos a mediados del año pasado junto con Martín, también recibieron la falta de mérito. Dos hombres, identificados como Matías M. y José M., fueron procesados por encubrimiento. Otras dos mujeres, Alicia P., vecina del barrio y Natalia L., empleada de una de las verdulerías del procesado, fueron desligadas del caso por falta de pruebas. En tanto, Gustavo Santoro, el hermano menor del principal acusado, fue reconocido la semana pasada en una rueda de personas por Pablo R., y sigue tras las rejas.