El Mundial de rugby alcanzó los objetivos de venta de entradas que se había fijado, lo que supone unos ingresos de 268,7 millones de dólares neozelandeses (154,7 millones de euros), anunciaron este jueves sus organizadores, cuyo objetivo eran 268,5 millones de dólares.
«En total se vendieron 87% de los billetes que estaban en venta», dijo el comité organizador sin precisar la cifra exacta.
La final Francia-Nueva Zelanda, el domingo por la noche, se jugará con todas las entradas vendidas.
El miércoles se pusieron a la venta los 900 últimas entradas disponibles a un precio de entre 767 dólares neozelandeses (444 euros) y 1.278 dólares (740 euros).
El jueves sin embargo se quedaron sin vender 7.500 entradas para el partido del tercer lugar, entre Australia y Gales, que se juega el viernes.