La delegación argentina que viajó a Haití luego del desastre llevó una mascota de lujo: Lola, una labradora de cinco años que es miembro de la organización K9 Creixell Ezeiza Argentina, dedicada a la búsqueda y rescate en situación de desastres naturales. Gracias a Lola, nueve personas que quedaron atrapadas bajo los escombros pudieron ser rescatadas con vida.
«Ella sola pudo identificar a nueve personas con vida y seis cadáveres entre las ruinas de Puerto Príncipe», explicó Cristian Kuperbank, integrante de K9 Creixell Ezeiza Argentina.
La perra ha sido entrenada para tareas de búsqueda en estructuras colapsadas y se convirtió en el principal soporte del trabajo en las ruinas del hotel Montana, ubicado en uno de los cerros que rodean a Puerto Príncipe.
Lola ubicó con agilidad tres puntos probables de localización de cuerpos, donde inmediatamente se iniciaron los trabajos para encontrar huecos que permitieran llegar a los pisos inferiores.
La perra ingresó un par de veces y al llegar hasta el fin del túnel comenzó a escarbar en forma agitada. «Ésa es la señal de que la persona buscada estaba viva; el ladrido, en cambio, es indicativo de persona muerta», describió el especialista. Allí pudo rescatarse con vida a un hombre de nacionalidad guatemalteca.
No es la primera vez que Lola trabaja en desastres: «Hemos rescatado víctimas luego de los terremotos de Perú, China y el año pasado después del alud que sepultó a Tartagal», informó el rescatista.
Luego de participar de las tareas de rescate en Haití, Kuperbank y Lola regresaron al país junto con un grupo de nueve médicos pertenecientes a los Cascos Blancos. Volaron a bordo del tercer Hércules de la Fuerza Aérea que el país envió a Haití con ayuda humanitaria.
