La ciudad recupera un ícono. Los trabajos de restauración y puesta en valor de la fachada del emblemático ColegioLa Salle, en Mendoza 444, quedarán formalmente inaugurados hoy a las 10. La reparación estuvo a cargo del Programa de Preservación y Rehabilitación del Patrimonio dela Municipalidadjunto a la institución, próxima a cumplir 100 años. Si bien los padres lasallanos llegaron a Rosario en 1907 y levantaron el Colegio en 1913 por calle Alem al 1100, fue el arquitecto Jaime López quien le dio la impronta neocolonial al frente de calle Mendoza, en 1937. “Rescatamos la fachada, tratamos que nuestra intervención sea lo más respetuosa posible. No se trata de pintar por pintar, sino que es reponer el material del frente. Una vez que comenzamos a limpiar encontramos los restos que todavía quedaban, los colores originales, que eran color tiza, ocre y gris”, explicó la arquitecta Mariel Santos, responsable del trabajo que demandó cinco meses y un monto de 234 mil pesos, que aportaron en partes iguales el colegio y el municipio.
El director del establecimiento, Juan Francisco Gironacci, señaló que hacía años estaba la intención de recuperar la fachada “pero los números no nos daban; finalmente, gracias al trabajo de la oficina de Patrimonio dela Municipalidad, llegamos a un acuerdo, no sólo por motivos estéticos, sino por seguridad, porque hubo algunos desprendimientos con todo el peligro que eso conlleva”.
La obra se llevó adelante con dineros que provienen del Fondo de Preservación, que está creado por ordenanza y que originalmente se conformaba con el 3 por mil dela TGI.“Esa fachada nos costó 234 mil pesos, es decir 117 mil puso el colegio y 117 mil pusola Municipalidad. Encada caso, el Programa lo que hace, además de darle el aporte económico, es el soporte técnico: desde el Programa nosotros definimos cuál es el proyecto de intervención. Rescatamos la fachada que es neocolonial y siempre tratamos que nuestra intervención sea lo más respetuosa posible. No se trata de pintar por pintar. Una vez que comenzamos a limpiar encontramos los restos que todavía quedaban. Lo tuvimos que intervenir masivamente porque estaba prácticamente desaparecido el revoque fino. El principio de la restauración justamente es intervenir lo menos posible, porque si hacemos todo a nuevo perdemos la originalidad de la obra, así que en este caso se repusieron moldes que se habían perdido”, explicó la arquitecta Santos, quien contó con el aporte de su colega Elina Bianchi.
En tanto, la profesora de Arte Teresa Dauria relató el trabajo que también hicieron los alumnos y el compromiso de los chicos en rescatar la historia de la institución: “Investigamos con ellos por qué se restauraba. Si lo hacíamos es porque era valioso, porque es un edificio que tiene casi cien años… por qué se había elegido ese estilo neocolonial. Buscando en los archivos del colegio encontramos otro proyecto que habían presentado los hermanos, pero que finalmente se eligió éste, así que se hizo un lindo recorrido con los chicos. Una experiencia fantástica”.