Después de 15 días de protesta, la furia de los vecinos y el desalojo del piquete en 27 de Febrero y bulevar Oroño, frente a la sede local del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, en la tarde de ayer el panorama era desolador en el depósito de Control Urbano en Ovidio Lagos al 8000: allí los carreros seguían reclamando que les devolvieran sus pertenencias. Todavía, según una de las manifestantes, faltaba que le devolvieran su caballo y su carro, y no era el único. Según los empleados de Control Urbano, habían llamado a un veterinario dela Municipalidadpara que viniera a revisarlos, pero uno de los carreros aseguraba haberse comunicado personalmente con él y haber obtenido como respuesta que nadie le había avisado de nada.
Las consecuencias del final del piquete que durante dos semanas tuvo a maltraer a los vecinos de la zona lindera con el parque Independencia no habían dejado de sentirse. Lejos de alcanzar las demandas que planteaban, los manifestantes parecían ayer seguir la pelea por escalar hacia la situación que tenían antes de plantar el corte de calles. Algunos de los manifestantes sostenían que les habían devuelto sus caballos, pero “todos lastimados”; otros, que sus animales habían “desaparecido”. Y pugnaban por el reintegro de ollas, cocinas, carpas, bolsas recolectadas y hasta indumentaria. “No nos dejaron levantar nada, nos dijeron que estaban nuestras cosas en la comisaría 5ª, fuimos y no había nada. Las ollas, la ropa, televisores, cubrecamas, colchones, sábanas, ni los documentos, que ahora tenemos que presentar en Ansés. Dejaron descalzos a los chicos. Nos dijeron en la comisaría que nuestras cosas las tenía Control Urbano y vinimos y dijeron que fueron los de Cliba que levantaron la basura”, se quejaba Johana Gómez, una de las manifestantes que permaneció en el cruce de avenidas y que después transitó, como otros, el derrotero por Tribunales, Control Urbano y la seccional 5ª.
“A los caballos que nos devolvieron les faltan las herraduras, las riendas, los bocados. Y nos dijeron que lo que estamos diciendo es imaginario”, se enojó otra de las manifestantes. “Ellos quieren que nos llevemos las cosas como están y nosotros seguimos reclamando por nuestras cosas, y nos dijeron que nos iban a abrir otra causa si seguimos así”, relató.
“Mi hermana tiene cesárea programada para mañana, se llevaron todas las cosas que teníamos preparada para el bebé, teníamos 1.500 pesos que cobramos de un juicio y también desaparecieron, a muchos nos falta plata”, se quejaba por su parte Mónica.
Blanca, otras de las participantes de la protesta de carreros, no estaba menos furiosa: “Nos agarran para la joda, acá estamos esperando que nos devuelvan nuestras cosas, no nos dejaron sacar nada. Y cuando nos cita el juez, ¿cómo justificamos nuestro nombre y apellido? Hay muchas personas que no tienen documentos. A uno de los manifestantes le sacaron de su bicicleta la caja de herramientas”.