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Dos casos de “gatillo fácil” conmueven a Don Torcuato

La segunda víctima fue atacada en una marcha de vecinos que pedían Justicia por el primer homicidio.

Carina Ortiz

Coco Villanueva tenía 60 años, era albañil y vivía con su numerosa familia en el barrio San Jorge de la localidad de Don Torcuato, en el partido bonaerense de Tigre. Fue la noche de un viernes de hace casi dos semanas cuando, sin quererlo, quedó en medio de una persecución policial. “Estaba en el pool, salió a decirles que no tiren, que adentro había chicos, y le pegaron un itacazo en la cabeza”, resumió su hermana. Coco quedó tendido en la vereda herido, y falleció días después. Un caso más de gatillo fácil que no terminó allí. Al día siguiente Don Torcuato se movilizó. Sus habitantes reclamaban por una muerte que consideraban injusta, cuando la Policía reprimió y se cobró otra víctima. En medio del revuelo, un adolescente de 16 años recibió 5 tiros en la espalda del arma de uno de los efectivos que realizaron el procedimiento.

“Mi hermano estaba en el pool, salió a decirles que no tiren, que había chicos, y le pegaron un itacazo en la cabeza”. La que habla es Beatriz, hermana de Héctor Villanueva, un hombre de 60 años conocido por los suyos como Coco, quien fue asesinado por la Policía en el barrio San Jorge de la localidad de Don Torcuato, en el partido bonaerense de Tigre, el 15 de enero pasado.

Según el relato de la mujer, Coco vivía en el barrio junto a su mujer y sus siete hijos. “Él era el sostén de su casa. Trabajaba como albañil, hacía changas y descargaba mercadería en el mercado. Traía para la gente del barrio verduras del mercado”, detalló Beatriz.

De acuerdo con el relato que Beatriz realizó a El Ciudadano, la noche del viernes 15 de enero su hermano pasó a visitarla y decidió ir un rato al pool.

Fue cerca de las 22 que Coco escuchó tiros y vio que la Policía perseguía a unos jóvenes que, al parecer había robado un auto y lo habían dejado abandonado en la entrada del barrio San Jorge.

Como el lugar estaba lleno de chicos, el hombre salió a la puerta y pidió a los uniformados que no tiraran. Como respuesta recibió un itacazo que lo dejó tendido en el suelo y agonizando, contó Beatriz.

En medio de este episodio, el dueño del pool quiso ayudar a Coco, pero también fue atacado por los efectivos. Recibió un tiro en la pierna.

Según la hermana de la víctima, a los pocos segundo llegaron al lugar la mujer y la hija del albañil, que viven cerca del lugar, y quisieron socorrerlo. “Si lo levantás te mato”, les dijeron los policías apuntándoles con el arma, antes de comenzar a insultarlas.

Los uniformados sólo decidieron trasladar a Villanueva a un centro asistencial cuando los vecinos de la zona se acercaron a ver qué había sucedido. Lo llevaron al hospital Pacheco de Don Torcuato, donde falleció el lunes siguiente.

“Mi hermano era una persona solidaria, querida en el barrio, la municipalidad dejó abierto el cementerio y lo sepultaron a las 9 de la noche”, recordó Beatriz conmovida. “Fue todo el barrio, no era puntero político ni nada, era querido nada más”.

 El inicio de otra tragedia

 Beatriz contó que un día después, todo el barrio San Jorge se movilizó y cortó las vías del ferrocarril Belgrano. “Yo estaba en el hospital, y cuando me enteré de lo que estaba pasando volví para interceder con la Policía”, explicó la mujer, quien detalló que en la comisaría le hicieron firmar un acta en la que los uniformados se comprometían a retirar las fuerzas del lugar de la manifestación, mientras que los vecinos levantarían el corte.

Sin embargo, cerca de las 20 de ese mismo día, la Policía se presentó en el lugar del reclamo y comenzó a arrojar gases lacrimógenos y a reprimir. “Todo eso está en videos subido a (el sitio de internet) You Tube”, explicó Beatriz.

“Cuando parecía que todo terminaba, salió un pibe de 16 años, Facundo Vargas, y le pegaron 5 tiros en la espalda”, remarcó Beatriz, quien detalló que los disparos eran calibre 9 milímetros, el mismo que utiliza la Policía.

El adolescente fue trasladado al hospital Carrillo de Los Polvorines, donde falleció, explicó la hermana de Coco.

 Después del luto, la pelea

 “Nos juntamos todas las familias del barrio y estamos haciendo reclamos, viendo si alguien nos escucha. Los medios nacionales no pasan nada, Ahora se sumó a nuestro reclamo la Asamblea de Torcuato y la CTA también nos está acompañando”, contó Beatriz.

Con respecto a la situación procesal en la que quedaron los uniformados que efectuaron los disparos mortales, la mujer dijo que la noche del primer ataque el fiscal de Tigre se presentó en el lugar. “Nos dijo que había separado de su cargo a los policías involucrados y les habían sacados las armas, pero todavía no pudimos comprobar esa información”, señaló Beatriz.

“En la causa mi hermano figura como uno de los que venía en el coche robado, y todo el barrio es testigo de que eso es mentira. Veinte minutos antes estuvo conmigo en mi casa”, explicó la mujer. “Tenemos un abogado de la Correpi (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional) que está haciendo presentaciones”, agregó.

 Don Torcuato y la Bonaerense

 Por su parte la Asamblea de Don Torcuato se hizo eco de los  homicidios de Coco Villanueva y Facundo Vargas en su blog www.asambleadetorcuato.blogspot.com, donde expresó: “Lo que pasó en el barrio San Jorge no es un caso aislado. El hostigamiento y las detenciones por portación de cara, las golpizas, los interrogatorios y las amenazas del personal policial –en este caso por parte de los efectivos de la Policía Buenos Aires 2 (hoy Comando de Patrullas)– son prácticas comunes que tiene la bonaerense en los barrios más pobres del conurbano”.

“La policía, en vez de combatir la inseguridad en los barrios, son quienes la generan, manejando desarmaderos de autos, las redes de trata como así también el mercado de la droga. Quienes padecen inseguridad son los jóvenes y los adolescentes de los sectores más vulnerables, ya que son víctimas del abuso y la arbitrariedad de la policía, la Justicia, la persecución desde los medios de comunicación y la falta de más y mejores políticas sociales que modifiquen las condiciones de vida de nuestros jóvenes”, continúa el escrito.

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