El National Climatic Data Center de los Estados Unidos (NCDC, en castellano Centro Nacional de Datos Climáticos) informó que entre enero y septiembre de 2011 Estados Unidos batió un récord histórico con diez desastres naturales que causaron pérdidas por miles de millones de dólares.
La Agencia Federalparala Gestiónde Desastres (Fema) se vio exigida al máximo por todo tipo de ecoemergencias, desde aluviones hídricos en regiones del noreste hasta evacuaciones en Pennsylvania por el desborde del río Susquehanna, debido a impactos de la tormenta Lee que vino detrás del huracán Irene.
Desde una perspectiva climática, lo ocasional se volvió frecuente, en un contexto donde se alternan violentos tornados, inundaciones irrefrenables o dramáticas sequías, huracanes masivos y nevadas sin precedentes, mientras se van agotando los fondos dela Femapara asistir a los damnificados.
El NCDC elaboró una lista donde ubica las situaciones críticas y resume las características de los diez impactos ambientales de mayor envergadura durante este año. A saber:
El 29 de enero 29 y el 3 de febrero la nieve blanqueó intensamente los estados del centro y el este del país, y bloqueó por completo a la ciudad de Chicago, donde hubo 36 fallecidos y pérdidas materiales por más de 2.000 millones de dólares. Las principales ciudades de la región quedaron paralizadas y durante casi un mes hubo90 centímetrosde nieve en Nueva York.
A comienzos de abril se desató una feroz temporada de tornados en el centro-sur estadounidense, con 46 eventos los días 4 y 5, que mataron a 9 personas y causaron daños por 2.300 millones de dólares. La secuencia prosiguió los días8 a11 del mismo mes, con 59 tornados que castigaron a ambas Carolinas, Tennessee, Alabama, Texas, Oklahoma, Kansas, Iowa y Wisconsin, con pérdidas de 2.200 millones, aunque sin víctimas.
Entre el 14 y el 16 de abril, 160 tornados sacudieron a Oklahoma, Texas, Arkansas, Missouri, Alabama, Georgia, las Carolinas, Virginia y Pennsylvania. Carolina del Norte sufrió los mayores impactos, con 22 del total de 38 decesos verificados. Hubo daños por más de 2.000 millones.
La secuencia se repitió entre el 25 y 30 de abril, con 305 tornados y 327 muertes, 240 de ellas en Alabama. Los violentos remolinos se abatieron sobre áreas muy pobladas de Tuscaloosa, Birmingham, Huntsville y Chattanooga, y elevaron las pérdidas materiales a 9.000 millones.
Después, entre el 22 y el 27 de mayo, hubo 180 tornados que aterrorizaron a los estados centrales y norteños, cobrándose 177 vidas y a un costo de 7.000 millones. La ciudad de Joplin (Missouri) perdió 141 personas, convirtiéndose en la más castigada por los eventos.
Miles de personas buscaron desesperadamente a sus seres queridos entre los restos de barrios enteros, caminos destrozados, y los escombros de escuelas, iglesias y hospitales.
La temporada primavera-verano sufrió la interacción de sequías, oleadas de calor e incendios descontrolados. Texas, Oklahoma, Nuevo México, Arizona, el sur de Kansas, el oeste de Arkansas y Louisiana sufrieron masivamente el calor y la sequedad, con incendios descomunales que destruyeron los cultivos y mataron al ganado, calcinaron viviendas y evaporaron los depósitos de agua.
Durante tres meses (desde junio hasta agosto) los tejanos padecieron las más altas temperaturas verificadas en la historia de los Estados Unidos, mientras el gobernador Rick Perry reducía el presupuesto de los bomberos voluntarios de30 a7 millones de dólares.
A través de las llanuras de los estados de sudeste y del sur, el costo del trabajo de los bomberos alcanzó un millón de dólares diarios. El total de los perjuicios económicos todavía no pudo ser calculado, pero se estima que las pérdidas en la agricultura, la ganadería y las construcciones sumaron más de 5.000 millones.
Entre el pasado verano y la primavera, la combinación de lluvias masivas y el derretimiento de las nieves causó este año una inundación épica a lo largo del río Mississippi y sus tributarios, con pérdidas cercanas a 4.000 millones y numerosa pérdida de vidas.
Muchas casas y campos fueron inundados y se evacuaron pueblos enteros. Las fotos mostraron el agua a nivel de los carteles señalizadores, muchos galpones flotando y caminos esfumados bajo la inundación.
No se trató del único diluvio del año 2011. La misma combinación desastrosa de nieve derretida y precipitaciones gigantes engrosó de modo feroz a los ríos Missouri y Souris en Dakota del Norte fue preciso evacuar a 11.000 personas y las aguas destruyeron unos 4.000 viviendas. En todo Montana, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Iowa, Kansas y Missouri debió lamentarse la pérdida de hogares, comercios y granjas con más de 2.000 millones en daños y cinco muertes.
Otro evento cumbre se produjo durante el accionar del huracán Irene sobre los estados del este entre el 20 y el 29 de agosto pasados. Todavía se siguen evaluando los daños. La calificadora de riesgos económicos Standard & Poors estimó que el total de las pérdidas económicas por los desastres del año actual suma alrededor de 20 mil millones de dólares.
Solamente el impacto del huracán Irene, según la evaluación de la firma Kinetic Analysis Corporation, sumaría unos 7.000 millones de dólares, en tantola Agencia Nacionaldel Océano yla Atmósferaha estimado que 2011 fue el segundo año más caluroso de la historia, detrás del año anterior.