“Con cualquier inflación que supere los dos dígitos entramos en zona de turbulencia”, opinó ayer el titular del Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec) de Santa Fe, Jorge Moore. Y agregó: “La inflación repercute más en aquellos sectores que tienen ingresos fijos o que están en un estado de ingresos precarios”.
Las declaraciones del funcionario fueron después de la difusión oficial del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en la provincia, que alcanzó un promedio de suba –durante 2009– del 14,3 por ciento: “Es un promedio elevado y obviamente genera preocupación en todos los ámbitos”, indicó Moore.
“Educación era un capítulo que al principio del año había aumentado fuertemente y al final del año es el capítulo que tiene un mayor aumento; registra 18 por ciento. Pero lo que da la tónica de la variación de precios en los últimos tres meses es el capítulo compuesto por Alimentos y Bebidas, a tal punto que en el último trimestre el incremento fue del 8 por ciento”, siguió el funcionario.
“Alimentos y Bebidas tiene una altísima ponderación sobre la canasta que completa el IPC. La incidencia ha sido directa y, después de evaluarla, es el segundo capítulo en cuanto a aumentos en todo el año, que está en el orden del 17 por ciento. Esto tiene especial significación porque cualquier variación en Alimentos y Bebidas repercute en el nivel de precios, y es el capítulo que más incidencia tiene sobre las definiciones de pobreza e indigencia”, continuó el titular del Ipec.
“Lo que nosotros registramos en diciembre (de 2009) es la variación en las carnes rojas, carnes blancas, verduras, azúcar, dulces, etc. En ese orden fue el aumento. El aumento en carnes rojas arrastra a otras variedades de carnes, como la carne blanca”, agregó.
Según el funcionario, es en los estratos de menores ingresos –donde predominan la precariedad y la informalidad laboral– en donde la incidencia de la suba de precios es más directa. “La inflación tiene muchos problemas y muchos males que arrastra, pero uno de los más directos es que repercute en aquellos sectores que tienen ingresos fijos o que están en un estado de ingresos precarios”, explicó Moore.
“La inflación es un problema serio y produce muchos ruidos macroeconómicos. Si bien la inflación no es un mal en sí misma, es producto de otros males que uno puede encontrar en otras áreas económicas: es la manifestación de que algo no está funcionando. Con cualquier inflación que supere los dos dígitos, entramos en zona de turbulencia”.
El funcionario provincial también se refirió a las mediciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que dieron una inflación promedio para 2009 de menos de la mitad de la que se registró en Santa Fe. Moore aclaró que el organismo nacional “tiene otra metodología, más nueva y más reciente” para medir la inflación, pero evitó sumarse a las críticas que frecuentemente se hacen de su funcionamiento.
Por su parte, el titular de la Asociación de Defensa del Consumidor (Adelco) delegación Santa Fe, Luis Lombó, recordó que la institución, en el plano nacional, viene realizando sus propias mediciones desde hace quince años. “Se relevan dos canastas básicas: una con los productos más baratos y otra con las marcas líderes. De esas canastas, de 26 productos, 22 son de alimentos. Para Adelco, en el año 2009, el incremento de precios en estos 22 productos alimenticios ha sido de un 26 por ciento, en promedio entre las dos canastas”, sostuvo Lombó. Muy por encima de lo que informó el Indec.
“En Santa Fe esta canasta de 22 productos contempla la nalga para milanesa, pollo, fideos, galletitas, cebolla, papa, etc: lo que habitualmente se usa para comer en los hogares argentinos. Según nuestras mediciones, en los últimos tres meses del 2009, al igual que lo detectó el Ipec, hubo un fuertísimo incremento en los alimentos. De hecho, para Adelco, en diciembre del año pasado hubo un incremento del 5 por ciento en el precio de los alimentos”, concluyó Lombó.