Un joven de 24 años estaba en coma inducido anoche en el Hospital de Emergencias, luego de recibir en la madrugada del domingo un disparo en la cabeza que le perforó la sien y lo dejó ciego. El autor del hecho es un agente dela Unidad RegionalII que, según declaró en sede policial, se decidió a evitar un robo y cuando se identificó como miembro de las fuerzas de seguridad provinciales y dio la voz de alto, fue apuntado por el muchacho que resultó herido. Pero la madre del joven sostiene que se trata de un caso de gatillo fácil, por el cual el uniformado está en libertad, mientras que su hijo está internado en una sala del Heca, con tres policías custodiándolo.
El incidente por el cual Sebastián Gabriel D. está internado tuvo lugar cerca de las 3 del domingo pasado, en inmediaciones de Ituzaingó y Necochea, en el barrio conocido comoLa Siberia. Enesa zona la familia del joven residió durante poco más de dos décadas, hasta mudarse al barrio Alvear. El sábado por la noche, Sebastián había ido hasta la zona donde creció, a saludar a unos amigos y cenar en la casa de una chica. El jueves había recuperado la libertad, luego de estar tras las rejas un semestre. “Él había pagado por lo que hizo, no es justo lo que le pasó”, dijo su madre.
Sobre lo ocurrido en la madrugada del domingo, hay dos relatos. Según la versión del efectivo policial, identificado como Martín Alberto R., de 24 años, cerca de las 3.30 del domingo estacionó su vehículo Renault Clío en la puerta de la casa de su novia, ubicada en Ituzaingó y Necochea, y mientras subía al departamento escuchó el estallido de un vidrio. Cuando se asomó por el balcón, vio que en la ventanilla delantera izquierda de su auto había una persona con medio cuerpo dentro del rodado. Fue entonces que tomó su arma reglamentaria y bajó hasta el hall del edificio, donde cargó la pistola y salió a la calle, según relató en su descargo ante la jueza de Instrucción de la 5ª Nominación, María Luisa Pérez Vara, que está a cargo de la pesquisa.
Siempre según su versión, una vez en la vereda observó que el muchacho ya había sustraído los parlantes del auto y emprendía una fuga a pie, por lo que le dio la voz de alto. De acuerdo con el relato del uniformado, el ladrón se dio vuelta y lo apuntó con un arma de pequeñas dimensiones por lo que el policía efectuó un solo disparo, que le atravesó la cabeza.
El joven se desplomó en la calle y fue asistido por una ambulancia del Sies por una herida de arma de fuego en el cráneo, con “entrada frontal derecha y salida en arco superficial izquierdo”, por lo que fue internado en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde Sebastián Gabriel D. fue operado y al cierre de esta edición se encontraba alojado en la sala de terapia intensiva, en grave estado y en coma inducido.
En tanto, la versión de la madre del muchacho herido es otra. Según María R., su hijo había ido a visitar a unos amigos y cenar en la casa de una chica, y fue atacado por el uniformado cuando estaba yendo a tomar un colectivo de la línea 122 para volver a su casa.
“No estaba robando. El policía dijo que le quería sacar un parlante, ¿para qué iba a querer un parlante mi hijo? Es mentira”, sostuvo María. “Pero ponele que sea cierto, si era así y mi hijo le estaba robando, ¿por qué no le tiró a una rodilla o la pierna, en vez de apuntar a la cabeza? La bala le entró por la sien derecha y salió por el otro lado y lo dejó ciego”, agregó la madre del muchacho.
Según la mujer, no hay testigos del hecho, que para ella es un “claro caso” de gatillo fácil. “Mi hijo no tenía armas, no le quiso robar, el arma que dicen que le encontraron se la plantó el policía, que pensó que lo había matado”, remarcó.
María dijo también que fue a Tribunales a reunirse con la jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara, a quien no pudo ver, pero sí charló con su secretario, a quien le pidió que vayan a ver a su hijo. “Yo quisiera que la jueza se acercara a ver a mi hijo, que vea como está, con los ojos para afuera, ciego y con custodia. Porque tiene tres policías rodeándolo. ¿Dónde se va a ir?”, preguntó. Además, comentó que pidió que le hagan exámenes a su hijo para ver si tenía restos de pólvora, segura de que no hallarán vestigio alguno, porque según la mujer Sebastián no estaba armado.
“¿Porque tenía antecedentes hay que matarlo como a un perro?”, preguntó María, quien no negó que su hijo tuvo problemas conla Justicia.“El jueves salió en libertad, luego de estar detenido seis meses. Lo que hizo, lo pagó con creces”, remarcó.
La investigación quedó a cargo de la jueza de Instrucción de la 5ª Nominación, María Luisa Pérez Vara, quien por el momento caratuló la causa como lesiones graves e indagó al policía, que presta servicio en la seccional 3ª, quien quedó en libertad.
Fuentes judiciales indicaron que la pistola calibre9 milímetrosdel policía tenía siete proyectiles intactos y que en el lugar del hecho encontraron una vaina servida del mismo calibre. En tanto, el joven herido tenía una pistola de pequeñas dimensiones, calibre 6.35, con cinco proyectiles intactos en su interior y otro en la recámara, dijeron voceros del caso.
El hecho ocurrió en jurisdicción de la seccional 4ª y según voceros policiales y judiciales no hubo testigos del caso, por lo que hasta el momento sólo se conoce la versión del policía.
