La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, comúnmente conocida como FAO (Food and Agriculture Organization), celebró este año su Congreso número 37. Este evento se realiza anualmente para tratar importantes temas relacionados a políticas agroalimentarias a nivel mundial. Argentina, al igual que otros 190 países, contó con una delegación presente en el encuentro. La misma estuvo integrada por delegados de Cancillería y del Ministerio de Agricultura de la Nación. Sin embargo, en la edición 2011, y por primera vez en la historia, miembros de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) viajaron a Roma y acompañaron a los funcionarios en la representación de la Argentina.
Liliana de Luise es doctora en Ingeniería Química y directora del área de Alimentación de la UNR. Juan José Borrell es licenciado en Historia y cuenta con una maestría en Estrategia y Geopolítica. Entre otros logros, ambos tuvieron “el honor” de representar a la UNR y al país en el último congreso de FAO, que tuvo lugar entre el 17 y el 28 de octubre en la capital italiana. En diálogo con El Ciudadano, contaron su experiencia y la importancia de los temas que se trataron en el encuentro.
“Somos integrantes, dentro de la UNR, de un grupo interdisciplinario de profesionales. El mismo está conformado por gente de Veterinaria, de Nutrición, de Tecnología de los Alimentos, de Antropología, de Geopolítica, de Derecho. Distintos profesionales que trabajamos desde hace años todo lo que tiene que ver con los alimentos, la agricultura y la alimentación. En 2007, la actual gestión de la UNR, con el rector Darío Maiorana, se institucionaliza el tema de la seguridad alimentaria y nosotros formamos el Grupo Interdisciplinario en Seguridad Alimentaria”, explica Borrell.
La FAO define la seguridad alimentaria, objetivo fundamental de la organización, como el acceso regular a alimentos de buena calidad que permitan llevar una vida activa y saludable. “Es la seguridad de poder alimentarte, el acceso a una alimentación constante, sostenida y nutritiva. Ésta puede ser autoproducida o adquirida en el mercado”, aclara Borrell, al tiempo que agrega que la seguridad alimentaria “tiene que ver con derechos y con políticas sociales”. En definitiva, como lo define Gisa, con los derechos humanos.
En la última reunión de la FAO hubo varios temas de actualidad en agenda. Según contaron los representantes locales, dos de los ejes centrales del congreso fueron nada más y nada menos que la tenencia de la tierra y la volatilidad de los precios de las materias primas, entre las cuales, claro está, se cuenta lo que ha venido alimentando a los seres humanos desde que son tales.
En este sentido, los académicos rosarinos confirmaron que “existe una suerte de competencia por la tierra como recurso natural”. Y es de temer: “Se está hablando de que a futuro va a ser un recurso escaso, tanto como el acceso al agua, y todo esto va a traer grandes complicaciones para la producción de alimentos”, diagnosticaron.
Consecuentemente, “países como China o Arabia Saudita están por el mundo comprando tierras para producir alimentos o materias primas para generar biocombustibles”. “Entonces –marcan los expertos– se genera una competencia que se llama geopolítica”.
Un tema que guarda especial relación con los dos ejes temáticos del congreso es el del petróleo. Este factor, explican De Luise y Borrell, “tiene una incidencia muy grande en el precio de los alimentos”. La lógica es que si sube el precio del petróleo, “sube el precio de los alimentos, porque aumenta el transporte, porque aumentan los fertilizantes”.
“Es un dispositivo que colabora a la competencia de los recursos y a la volatilidad de los precios”, indican los miembros de la UNR.
La volatilidad de los precios, la especulación financiera de algunos países reflejada en la compra de acciones en commodities, el aumento poblacional, las nuevas demandas alimenticias, son factores que influyen en la situación actual y que, por ende, no quedaron afuera del debate en Roma. Pero tampoco quedaron excluidos de otra cumbre internacional que se desarrolló casi paralelamente al congreso de la FAO: el G20.
“En el G20, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló de asegurar la seguridad alimentaria en la Argentina. Para quien no está familiarizado con la expresión, parece hasta redundante. Sin embargo, cuando se refiere a la seguridad alimentaria hace exclusiva referencia al acceso a la alimentación”, explicó la investigadora. “Precisamente hoy (por el viernes) hicimos una llamada a Buenos Aires, buscando a uno de nuestros compañeros delegados en la FAO, y ahí nos enteramos que estaban todos en Cannes, principalmente los funcionarios de Agricultura, quienes acompañaron a la presidenta en el G20. Esto tiene que ver con la postura de Argentina en dicha cumbre y también en la FAO”, continuó De Luise.
“Uno de los miembros de la delegación nacional, durante el concierto de discusiones, instaló el tema de la pobreza, que no se había mencionado hasta el momento. Ninguno de los países lo había nombrado. Es como si no existiese relación entre la inseguridad alimentaria y la pobreza”, analizó De Luise. Mientras tanto, su compañero agregó: “La postura sobre este tema fue muy firme y significativa, porque Argentina fue el único país que planteó que está bien hablar del aumento de los precios, pero que cuando no había volatilidad la pobreza existía, también había hambre en el mundo”.
Por lo tanto, la delegación argentina planteó que es necesario volver a centrar el eje en la cuestión del desarrollo para salir de la pobreza. También analizaron que es importante oír voces que antes no se escuchaban o no se querían escuchar, porque eso enriquece y jerarquiza el debate.
Más allá de la presencia de académicos y profesionales rosarinos, del color político de los funcionarios que integraron la delegación es importante destacar la buena actuación de Argentina en el Congreso de la FAO. “Argentina hizo un buen papel, todas las personas estaban altamente preparadas, no había improvisados”, reflexionó Juan José Borrell. Por su parte, Liliana de Luise opinó que “como académicos tenemos que seguir trabajando sobre estos temas”.
