Mientras las autoridades porteñas evaluaban ayer la posibilidad de demoler el resto del edificio de Mitre al 1200, en el barrio de Monserrat, que quedó en pie tras derrumbarse el viernes pasado el segundo cuerpo del inmueble, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) informó que “hay un récord de derrumbes en la ciudad por obras”, al señalar que “en un año hubo 13 hechos”.
El ingeniero Edgardo Castro, de la SRT, consideró “un récord” los 13 derrumbes acaecidos durante 2011. “La verdad es que preocupa muchísimo”, dijo Castro, en referencia a hechos como el que ocurrió en Monserrat, donde se derrumbó una parte de un edifico de 10 pisos, lindero a una obra en construcción.
“Las medidas de seguridad son para que no suceda nada, no para lamentarse después del derrumbe”, advirtió el funcionario y explicó que en cualquier medida de ingeniería se tiene que tener previsión, “sobre todo en este tipo de terrenos con edificios de 60 años”.
Si bien aclaró que desconocía las condiciones técnicas del edificio que se derrumbó antenoche y que llegó al lugar para interiorizarse, cuestionó las excavaciones de la obra en construcción lindera.
El funcionario de la SRT explicó que “cuando se presentan planos de obras para su aprobación hay que establecer criterios de seguridad y submuración para que no se produzcan los derrumbes”.
“Hay medidas de ingeniería que hay que tomar para que esto no suceda, y eso lleva mucho más tiempo del económicamente rentable para una obra, entonces algunos se olvidan, hacen mas rápido las cosas de lo que deberían y entonces después los edificios se caen”, sintetizó.
Castro sostuvo que “los criterios de submuración que se establecen dicen cómo tengo que hacer las cosas para que esas cosas no sucedan y el gobierno tiene la obligación de controlar que las cosas se hagan como se dijo”.
En este sentido, consideró que “no puedo dejar en manos de un excavador, que es un operario, la seguridad de la excavación con un edificio al lado, es una locura”, porque “es una estructura de hierro muy antigua, que tiene comportamientos muy distintos a las estructuras de los edificios actuales”.
En tanto, los vecinos del barrio porteño de Monserrat pidieron una solución ante la pérdida de viviendas y la imposibilidad de poder acceder a sus pertenencias, en un clima de angustia e incertidumbre en la zona del derrumbe.
Un equipo de bomberos de la Policía Federal analizó ayer el estado de la parte agrietada el edificio, con la ayuda de una grúa que les permite acercarse al inmueble desde la altura y observar el estado de la estructura.
Por su parte, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, admitió que “en principio se supone que habrá que demolerlo”, pero añadió que “también se estudia el riesgo de los edificios linderos”.
Rodríguez Larreta sostuvo que “ahora la prioridad es evaluar el riesgo y atender a la gente” e insistió, en que “hay que determinar la causa del derrumbe y ver los pasos que se siguen”.
Por su parte, los vecinos damnificados por el derrumbe manifestaron ayer una gran angustia e incertidumbre ante la situación porque “nadie nos informa nada, no sabemos qué va a pasar”.