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Milano: “El rugby argentino es, fue y será amateur”

Por Lisandro Olearo.- El ex segunda línea de Los Pumas, dejó conceptos clarísimos en un mano a mano imperdible con “El Hincha”. Según Tati, “Argentina es un país que no tiene techo”.
Tati, en su época de jugador fue mundialista en 1987.

https://www.elciudadanoweb.com/wp-content/uploads/2024/06/Copa-Champions_2024-1.jpg | El Hincha.- Desde su juventud deslumbró por su naturalidad para jugar al deporte de la ovalada. A los 17 años debutó en la primera división de Jockey Club de Rosario, su club de toda la vida. Esas buenas actuaciones le valieron un par de años más tarde la convocatoria para la gira por Francia con Los Pumas, debutando en 1982 en Toulouse a los 21 años. Desde ese momento y hasta su partida al rugby profesional, junto a Eliseo Branca conformaron una de las duplas de segundas líneas más recordadas de la historia del rugby argentino.

Humilde, sincero y destilando su fanatismo por el deporte ovalado, Gustavo Milano, mundialmente conocido por Tati, café de por medio, dialogó a solas con El Hincha sin dejar tema libre, haciendo una verdadera radiografía del rugby criollo, defendiendo a ultranza el amateurismo y por sobre todo a los clubes “tierra adentro”. Ahora afincado en Esperanza, ciudad situada al norte de la provincia de Santa Fe, trabajando en el rubro lácteo, pero sin perderle pisada a todo lo que esta sucediendo en el mundo ovalado, Tati dejó una jugosa charla en una breve visita a la ciudad de Rosario.

—¿Cómo vive hoy Tati Milano el rugby?
—Me he alejado sin alejarme, el rugby ha sido mi vida desde que nací, pero desde hace 5 años lo estoy viviendo de una manera distinta a lo que era antes, que lo vivía full time, todo lo que hice incluso laboralmente estuvo vinculado a la ovalada. Desde el año 2006 que vivo en Esperanza y trabajo para la familia Gonella en la rama láctea del grupo empresario que conforma la familia, que además está en el rubro metalúrgico y agropecuario. Dejamos Rosario con mi mujer y mis dos hijos más chicos para vivir una vida muy linda y tranquila en una ciudad de 40.000 habitantes donde se puede vivir con tiempo y tranquilidad, cuestión que es difícil de encontrar en las grandes ciudades. Al rugby lo vivo después de haberlo jugado, trabajado, haber jugado rugby profesional en Europa, trabajos de desarrollo y difusión en Argentina y Sudamérica para la UAR y Consur, doy una mano muy light en el rugby infantil de Alma Juniors de Esperanza, un club chico y dos o tres veces al año tengo el gusto de acudir a alguna invitación para participar de algún evento o dar una mano en cualquier rincón del país.

"Me he alejado sin alejarme, el rugby ha sido mi vida desde que nací", dijo Tati.

—¿Qué estuviste viendo últimamente?
—Sigo de cerca principalmente cada campeonato regional o incluso subregional, como son los torneos de desarrollo de todo el país, que es lo que más me interesa, que es el rugby de base, el rugby amateur desde el regional B de Jujuy/Salta hasta el campeonato de Tierra del Fuego. Estoy vinculado, informado y muy interesado por esas situaciones del rugby, también me interesa la situación del movimiento del rugby infantil de todo el país, y por supuesto que sigo el rugby de los torneos de arriba, el rugby de la Urba, de los regionales, del Torneo del Interior que acaba de terminar. En el plano internacional, el rugby que más disfruto es el Súper XV y el Tres Naciones, que ya todos sabemos que a partir del año que viene cambia, lo considero el rugby más avanzado y más innovador, digo esto por lo que se ve en el Seis Naciones o en la misma Heineken Cup.

—¿Qué te llamó la atención el último tiempo?
—Lo que más sigue evolucionando es la dinámica y la potencia de los jugadores, no tiene y no se encuentra un techo a dicho aspecto, hay jugadores cada vez más potentes y veloces, incluso contrario a lo que algunos comentan, yo los veo más técnicos. El jugador en su individualidad toma y pasa la pelota en la situación de contacto, tiene ductilidad con las dos manos y con los pies, hemos vuelta al rugby-fútbol, en la presión de las defensas se usa el pie y no sólo los backs, cualquier forwards si tiene que utilizar el recurso del pie lo hace, pero evidentemente y espero novedades para fin de año, es necesario una nueva vuelta de tuerca al reglamento, como por ejemplo puede ser la línea de off side de 5 metros en los rucks y mauls, que ayudaría muchísimo y daría más espacio y oxígeno al poseedor de la pelota. No ayuda a nadie partidos de uno o dos tries, no atrae a nadie ese tipo de partidos. El rugby británico y cuando se enfrentan con los franceses se juega de manera muy amarrete. Además están condicionados por el clima, pues el invierno europeo influye muchísimo en el juego, aunque las canchas y las pelotas han mejorado pero igual el clima influye muchísimo y más cuando se juega el Seis Naciones. Con respecto al clima con el que se juega en Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda mismo, y teniendo en cuenta que el año que viene ingresa Argentina, el clima favorece porque es más seco y la menor cantidad de lluvia hace que se produzca un mejor espectáculo en el hemisferio Sur que en el Norte. El rugby mundial necesita permanentemente que se evalúen los reglamentos porque si no es siempre mucho más sencillo defender que atacar, mucho más rápido que tanto un equipo como un seleccionado desarrolle un muy buen juego sin pelota que ataque con ambición de ingoal. En un año tenés grandes resultados si se trabaja fuertemente individual y colectivamente que respecto al ataque.

—Jugaste en la década del 80 en Los Pumas cuando había un puñado de partidos. ¿Qué pensás ahora con el ingreso de Los Pumas al Rugby Championship?
—Jugar los seis test matches seguidos en ocho semanas enfrentando a Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica no tiene comparación ni con el mejor Mundial que se pueda imaginar, es tremendo, es un rigor único, no existe en el mundo esa competencia, es la mejor y las más fuerte, no vamos a llegar en grandes condiciones competitivas pero sí vamos a ser protagonistas desde nuestro juego, lo que podamos hacer en los dos primeros años bienvenido sea. Creo que lo que tenemos que tener en claro, porque no conozco detalles, es que este ingreso además de la enorme difusión nos tiene que dejar muchos recursos económicos. Supongo que esto ya debe estar trabajado por dirigentes y allegados a este gran logro, todos los países que han accedido a torneos han producido ingresos que se han volcado al rugby de base y local, amateur como va a seguir siendo el 99% del rugby argentino. El ingreso al Rugby Championship con futuro ingreso al Súper XV indica que no podemos tener a Los Pumas en el Rugby Championship y nada más. Sé que está previsto y lo he escuchado de uno de los factores fundamentales de este acceso, que es Agustín Pichot, que después viene él o los equipos argentinos en el Súper XV y su vez esto lleva de la mano una competencia de rugby local rentada en Argentina, esos son los estamentos que debemos tener, porque estamos construyendo el edificio de arriba para abajo. Este torneo lo tenemos que jugar con los mejores de los mejores y si es posible tenerlos en el Súper XV, en un mediano plazo, y a esos equipos los tenemos que alimentar con una competencia nacional rentada, que ya ha habido proyectos pero han sido rechazados por administraciones nefastas. Tendría que hacerse un Regional que sea la base de sustentación de los 50 jugadores que estarán el Súper Rugby, que serán el sustento de los que jueguen el Rugby Championship.

—¿Pero el rugby amateur no se toca?
—Esa discusión no se da nunca más: el rugby argentino fue, es y será amateur, tiene 450 clubes oficiales en 25 uniones, a las cuales hay que conocerlas a todas y no nombrar a las mismas 5 o 6. Tienen mucho rugby esos clubes que están en formación, torneos en desarrollo, universidades, profesorados de educación física, colegios que practican rugby, es un movimiento muy lindo y muy grande que hay que conocerlo. Eso va a seguir siendo amateur, muy sano y genuino, por los siglos de los siglos, lo que pasa es que tenés 200 jugadores, que es un porcentaje ínfimo, que los tenés para retroalimentar a todo ese gran movimiento de jugadores. Por eso, con los recursos económicos que se generan desde el profesionalismo, se puede alimentar el rugby amateur, que se complica por los traslados, pues el enemigo del rugby no son otros deportes, sino las distancias.

Tati Milano tackleando contra a los All Blacks en Ferro, 1985.

—¿Se están realizando trabajos de desarrollo en Argentina?
—En estos momentos en las uniones grandes y medianas del país no hay ningún trabajo serio y consecuente con el último nivel de competencia, que son aquellos clubes de ciudades chicas alejados de las grandes ciudades llamado desarrollo. Lo mantiene con mediana atención Córdoba, se mantiene el trabajo iniciado durante la gestión de Alejandro Oviedo, y se ha perdido muchísimo en Santa Fe y Rosario con respecto a períodos de otros presidentes que le prestaron mucha más atención y apoyo a ese mundo enorme que son los clubes de tierra adentro. En Entre Ríos pasa lo mismo, hay mucha desatención, después hay uniones del país que directamente ni los atienden, se arreglan solos de una manera vergonzosa pero sí les cobran el fichaje. Al desarrollo hay que conocerlo, abrazarlo. Lo primero que hay que hacer es ir, no reunirlos en la sede o la gran ciudad, hay que ir a conocerlos, recorrer. Es que estos lugares proveen un montón de jugadores universitarios a los clubes de las capitales, más allá de ese beneficio directo no podemos pensar más en un rugby centralista, de 100 clubes de 10 ciudades, Argentina es un país que no tiene techo para crecer y ojalá se puedan tener 100.000 jugadores fichados, hoy tenemos aproximadamente 40.000. Es un país para 1.000 clubes y hoy hay 450, un país para 40 uniones y hoy tenemos 25. Pero lo importante es cómo podemos atender la representación y gobernabilidad a nivel UAR, que ahí se reduciría a representantes regionales, se achicaría la mesa política de la UAR, aunque el rugby tenga mil clubes y 40 uniones, más clubes más uniones es menos problemas y da por resultado más rugby. El sistema representativo hay que modificarlo, no creo que un concejo de 20 personas pueda representar a un rugby eficiente.

—¿Cuál es tu visión sobre el futuro del rugby argentino?
—El rugby argentino tiene que retroalimentar todo el sistema amateur de hoy con los recursos del rugby profesional. El 99% del rugby australiano es amateur, y sin embargo tiene la elite del rugby profesional que alimenta y hace crecer todo ese rugby amateur que cada día es más grande y más rico. Pasos a seguir es relanzar un plan de apoyo y desarrollo de todos los rincones del rugby argentino que hoy la UAR y las uniones provinciales no lo tienen desaparecido pero sí anestesiado. Completar este gran paso al Rugby Championship con el acceso al Súper XV y una competencia rentada a nivel Consur con Argentina, Chile y Uruguay.

—¿Tu futuro junto al rugby?
—En la personal siempre estoy atento con lo que sucede en el rugby de base, que es lo que más me interesa a mí, en especial en 15 provincias no tradicionales y es ahí donde quisiera seguir colaborando si a alguien le interesa mi disponibilidad. A Alma Juniors de Esperanza le dedico parte de mi tiempo pero tengo más para brindar pero con algunas condiciones: la tarea es hacer y no declamar, salir de los escritorios y no llevar el rugby a los escritorios.

—¿Qué opinas de la gestión de Luis Castillo al frente de la UAR?
—El presidente ha recorrido el país pero muchos de sus dirigentes y empleados rentados que lo acompañan no, entonces poco sirve que lo haga el presidente. Castillo es una persona de bien, humilde, que merece seguir su gestión en la UAR, que increíblemente tiene que ir a los 2 años a la renovación, hoy estamos mucho más maduros y habría que ampliar a 4 años los mandatos. Luis lo ha hecho sólo, y él tiene en esa gran mesa de la UAR a mucha gente que no se mueve de sus escritorios y que son empleados rentados.

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