Un porteño de 23 años que había sido detenido en septiembre pasado mientras cobraba un chantaje en un bar para no ventilar una relación amorosa con un rosarino de 24 asumió las acusaciones en su contra y pautó una pena a tres años de prisión condicional. El acuerdo fue alcanzado por medio de un juicio abreviado con el consentimiento de todas las partes, que ahora deberá ser homologado ante un juez de Sentencia para que quede firme.
El pasado 13 de septiembre, un muchacho de 23 años oriundo de Capital Federal fue detenido a la salida de un bar ubicado en la esquina de Montevideo y Balcarce, tras un operativo montado por la División Judiciales de la Unidad Regional II y la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) bajo directivas del juez de Instrucción Gustavo Pérez de Urrechu y el fiscal Marcelo Vienna, quien había recibido una denuncia por chantaje.
Fue el padre de la víctima –cuyos datos se mantienen en reserva– quien llevó la causa a los Tribunales provinciales, luego de percatarse que todos los meses le desaparecía dinero.
El hombre comenzó a investigar lo que sucedía.Y fue tras indagar entre su círculo íntimo que se enteró que su hijo estaba siendo extorsionado por un joven al que había conocido seis meses antes y con quien había emprendido una relación amorosa, explicaron las fuentes.
A raíz de los hechos, padre e hijo decidieronpresentar una denuncia, la cual derivó en un operativo conocido como “ratonera”, que consistió en filmar y grabar al imputado mientras cobraba el dinero “marcado” para luego concretar su detención.
Fuentes judiciales informaron que la semana pasada las partes alcanzaron un acuerdo por el cual el imputado admitió tener responsabilidad por el delito de extorsión con modalidad de chantaje, por lo que aceptó ser condenado por el hecho a una pena de tres años de cumplimiento condicional.
De esta manera, el paso por prisión no será efectivo siempre y cuando en el lapso de los cuatro años siguientes a la homologación de la sentencia el imputado no cometa delito alguno.
Según trascendidos del caso, la víctima pertenece a una familia de buen pasar económico vinculada con una firma alimenticia, que fue chantajeada para que no se revelara una relación íntima. A pesar del hermetismo que existe en la causa, trascendió que la extorsión estaba avalada por una serie de fotografías comprometedoras por las cuales el porteño le había pedido a la víctima un total de 250 mil pesos, según consta en la causa.
De todas formas, los voceros indicaron que, según la denuncia, el joven había pagado algunas cuotas de 4 mil pesos, aunque sólo se comprobó formalmente la que quedó registrada por el operativo “ratonera”.