El salario real promedio de los trabajadores formales creció en el primer semestre de este año un siete por ciento interanual, según la consultora Ecolatina, que destacó que “se registró la mayor suba del poder adquisitivo de los últimos cinco años”. La consultora refleja la preocupación del sector empresario aunque no trasmite las inquietudes de los trabajadores ni tampoco informa sobre la redistribución de la riqueza estaría cambiando luego de que desde hace 40 años volvió a ser regresiva con sólo un 30 por ciento para los sectores más bajos de la sociedad.
El informe de la consultora dirigida por Roberto Lavagna afirmó que “este avance del poder adquisitivo de los trabajadores posibilitó un sostenido aumento del consumo” pero “también generó una fuerte suba del costo laboral unitario, hecho que preocupa a las empresas del sector transable cuyos productos pierden esa suba”.
La consultora precisó que las paritarias cerraron este año con un incremento promedio de 28,3 por ciento, prácticamente igual al acordado en 2010 (28,1 por ciento), y planteó que el aumento del salario real es “consecuencia de un menor dinamismo de los precios respecto a lo registrado en 2010”.
Para Ecolatina, “no está claro si este comportamiento del poder adquisitivo del salario continuará en 2012”.
En este sentido, evaluó que “en un contexto de escasez de dólares y desaceleración del nivel de actividad, las prioridades se centrarán más en el mantenimiento del empleo y en la preservación del poder de compra”.
“Para poder descomprimir definitivamente la tensión cambiaria hace falta equilibrar la dinámica de las principales variables nominales de la economía. Se pueden transitar varios senderos para converger a un mismo ritmo de expansión de precios, salarios, y tipo de cambio”, analizó.
Al respecto, sostuvo que “las opciones extremas son que el dólar se sume a la suba de dos dígitos o que todos converjan al dígito”.
A su criterio, en la práctica “lo más probable es que la convergencia se dé en forma gradual: con un poco más de devaluación y un poco menos de inflación y subas salariales, se puede lograr estabilizar los precios relativos de la economía”.
“Dado que no se esperan mayores cambios en materia de inflación en los primeros meses de 2012, las próximas paritarias tendrán un rol crucial para lograr la convergencia. Las claves son si los trabajadores agremiados aceptarán subas cercanas al 20 por ciento y si negociarán en base al pasado o al futuro. Hay factores objetivos que avalan una menor suba salarial pero también argumentos que sustentan mayores demandas por parte de los trabajadores”, concluyó.
Estas preocupaciones del sector empresario muestran sólo una parte de la sociedad. Históricamente el salario es uno de los principales indicadores de la redistribución de las riquezas. Hasta antes del primer gobierno peronista había alcanzado sólo el 30 por ciento de la redistribución para los sectores más bajos de la sociedad. En tanto, desde 1946 la situación se revirtió y alcanzó para los trabajadores cerca del 45 por ciento. Sin embargo, la torta redistributiva se cambió a los niveles previos con los gobiernos de la dictadura militar de 1976 y durante el menemismo. Por supuesto, la crisis de 2001 reflejó uno de los momentos más regresivos. Esa tendencia se viene revirtiendo durante los últimos años.