Alemania y Francia rebajaron ayer sus expectativas de que los líderes europeos acuerden un plan para profundizar la integración económica del continente durante la cumbre de mañana en Bruselas, en un nuevo golpe a los deseos de los mercados de una pronta solución a la crisis del euro.
Las esperanzas de los inversores de que la cumbre fuera un punto de inflexión se vieron empañadas también por cifras difundidas ayer que mostraron crecientes dificultades de respuesta de los bancos europeos y que se sumaron a los comentarios pesimistas de dos altos funcionarios de Alemania y Francia, respectivamente.
En encuentros por separado con medios, antes del inicio de la cumbre en Bruselas, el funcionario francés dijo que en lugar del nuevo Tratado para los 27 miembros dela Unión Europea(UE) que impulsan París y Berlín, es más probable que la cumbre consiga un acuerdo sólo entre los 17 países dela UEque usan el euro. El funcionario alemán, por su parte, dijo que un eventual consenso en torno al plan franco-germano podría demorarse hasta Navidad.
Analistas dijeron que no está claro que los líderes tengan tanto tiempo, sobre todo después de que agencias calificadoras de deuda advirtieran de una posible rebaja de la nota de 15 de los 17 países que usan el euro en caso de que no se perciba un plan firme para solucionar la crisis de deuda iniciada en 2009.
Las bolsas europeas cayeron luego de los comentarios del funcionario alemán, que echaron un balde de agua fría sobre una reciente ola de optimismo de los mercados que la semana pasada se tradujo en subas de las acciones y de la cotización de los bonos. Los inversores esperaban que un acuerdo en torno a reglas presupuestarias más estrictas permitiera que el Banco Central Europeo (BCE) adopte acciones más enérgicas para reducir los costos de endeudamiento de Italia y otras economías dela Eurozonacon problemas de deuda.
La confianza en un acuerdo global sufrió anteayer otro duro golpe cuando el Reino Unido, que no usa el euro, amenazó con bloquear los cambios al Tratado dela UEsi no se atienden los reclamos de Londres de que no se toque el mercado común europeo y se garantice su posición de centro financiero a nivel global.
El funcionario alemán dijo que su gobierno no considerará una alternativa a la propuesta que la jefa de gobierno germana, la canciller Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, adelantaron el pasado lunes en París y publicaron ayer en una carta dirigida ala UE.
El plan contempla, entre otras cosas, reforzar los controles presupuestarios y centralizar la toma de decisiones económicas, ya sea a través de un cambio en el Tratado de los 27 países dela UEo mediante la redacción de un nuevo Tratado para los 17 dela Eurozona.
Pero el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, sostiene que hay una forma más fácil de imponer una mayor disciplina fiscal, que es enmendar la reglas ya existentes sobre endeudamiento que se aplican a las 17 naciones del euro.
Estas diferencias y otras –como incluir o no sanciones automáticas para países con deuda excesiva– tienen el potencial de demorar cualquier acuerdo entre los gobernantes europeos, que esperaban alcanzarlo al final de su cumbre en Bruselas.
El deseado consenso en torno a un nuevo Tratado podría demorarse hasta antes de Navidad, dijo el funcionario alemán.
“Mi pesimismo proviene de la imagen general que veo en este punto, en la que instituciones y estados miembro deberán avanzar en varios temas para hacer posible las reglas del nuevo Tratado que buscamos”, agregó el funcionario germano.
El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, cuyo cuarto viaje a Europa en cuatro meses evidencia los temores del daño que un colapso del euro podría causar a la economía norteamericana, apoyó ayer el plan franco-alemán.