Gran expectativa cubre la geografía panameña ante el regreso, hoy, del ex hombre fuerte Manuel Antonio Noriega, después de 22 años preso en el exterior tras la invasión de Estados Unidos el 20 de diciembre de 1989.
El Ministerio de Gobierno de Panamá informó ayer que todo está listo para recibir al ex general en la cárcel de El Renacer cuando llegue hoy en horas de la tarde. La ministra de Gobierno, Roxana Méndez,s y representantes de la Policía Nacional, Dirección de Operaciones de Tránsito, Sistema Penitenciario y Secretaría de Comunicación del Estado ya alistaron el mecanismo logístico para el traslado y llegada del reo al presidio. A Noriega, de 77 años y con secuelas motoras por un infarto cerebral, le esperan condenas por otros 60 años de prisión si el tribunal lo encuentra culpable de los crímenes de Hugo Spadafora, Moisé Giroldi y Heliodoro Portugal, muertos bajo el gobierno militar.
El ex general, que llegó a Francia en abril de 2010 extraditado desde Estados Unidos para cumplir una condena de siete años por lavado de narcodólares, viajará custodiado por agentes panameños y asistido por un médico.
Llegará en un avión de la aerolínea española Iberia a Madrid, donde hará una escala ya que no hay conexiones directas entre París y Ciudad de Panamá, y retomará vuelo de la propia compañía en horas del mediodía.
Desde mucho antes, grupos de la Cruzada Civilista estarán en las calles, según anunciaron, para expresar su repudio al ex militar y exigir que sea juzgado y condenado y no se le conceda el beneficio de casa por cárcel, algo que sólo puede decidir el tribunal que lo juzgue.
De todos modos, se estima que por su avanzada edad y su precaria salud Noriega estaría en condiciones de lograr la prisión domiciliaria, en caso de peticionarla.
Noriega fue el oscuro hombre fuerte de Panamá en los años 80, un ex agente de la CIA que acabó derrocado por una invasión norteamericana. Considerado un militar sin escrúpulos y “camaleón” político, Noriega tenía tratos con el capo colombiano Pablo Escobar, llegó a relacionarse con los servicios de inteligencia de Fidel Castro, trabajó para la CIA y luego desafió a Washington. Muchos de sus antiguos amigos hoy le dan la espalda.
Fue extraditado de Estados Unidos a Francia en abril de 2010 tras 21 años de cárcel en Miami por narcotráfico, delito por el que había sido condenado a 40 años, rebajados por “buena conducta”.