El presidente estadounidense, Barack Obama, marcó el fin «histórico» de casi nueve años de guerra en Irak frente a los soldados de Fort Bragg, estado de Carolina del Norte.
Afirmó que hubo «extraordinarios logros», a la vez que recordó el «pesado costo» de la guerra, y dijo que los estadounidenses deben aprender las «lecciones».
En un discurso frente a soldados y sus familias, Obama dio la bienvenida a los efectivos desplegados, que abandonarán el país árabe antes de final de año, según el plan de retirada: «Como vuestro comandante en jefe, y por cuenta de una nación agradecida, estoy honrado de pronunciar finalmente las palabras ‘Bienvenidos a casa'».
Obama dijo que «el futuro de Irak quedará en manos de su pueblo» y recordó que éste es el fin de «una guerra que duró mucho tiempo» y que heredó de su predecesor en la Casa Blanca, George W. Bush.
A pesar de las viejas divisiones, «permanecieron firmes en la ayuda al pueblo iraquí», dijo el presidente, quien mencionó ante los soldados el elevado precio del conflicto en vidas humanas. «Ustedes serán recordados siempre», les aseguró.