Finalmente, el Concejo Municipal aprobó el proyecto del oficialismo para urbanizar la zona de Nuevo Alberdi Oeste en el marco de la estrategia de concertación público-privada que la saliente gestión socialista –autora también de esta iniciativa– puso en práctica en otros sectores de la ciudad, como Puerto Norte y Parque Habitacional Ludueña.
Ahora se trata del Parque Habitacional Bouchard, un territorio de380 hectáreas, gran parte de las cuales todavía no son urbanizables por tener “manchas de inundabilidad” de las cuencas del arroyo Ludueña y los canales Salvat e Ibarlucea. De ese total, según la iniciativa del Ejecutivo local, unas90 hectáreasserán destinadas a espacio público, otras 138 van a ser para programas de vivienda, y unas 8 para equipamiento comunitario, social o comercial. Con todo, también salió –por unanimidad– otra ordenanza elaborada por la concejala del giustinianismo Mariana Alonso, por la que se promueve la preservación de un área especial –de superficie sujeta a relevamiento– destinada al “desarrollo del hábitat y a la promoción de emprendimientos sociales y solidarios de baja y mediana escala”, atendiendo a los derechos de los asentamientos en la zona, algunos de los cuales llevan más de 20 años. Otro agregado, éste dentro de la misma norma que vio la luz, es el inicio de un estudio para reservar30 hectáreascon destino a un “parque industrial de tecnologías no contaminantes”, una propuesta del edil Héctor Cavallero que, pese a agradecer al oficialismo adoptar su criterio, votó en contra.
El “Plan especial de desarrollo urbano y social Parque Habitacional Bouchard” afecta a la zona comprendida por las calles Álvarez Condarco, Salvat, Milicianos Rosarinos y el canal Ibarlucea, la que será dividida en cinco unidades de gestión. En cada una de ellas, a partir de los preceptos marco de la ordenanza, se “concertará” con los propietarios el uso del suelo. El tema generó alta controversia, y denuncias sobre un proyecto “a medida de los desarrolladores privados” que ya habían adquirido –a nombre propio o de terceros– buena parte de los terrenos. Las acusaciones provinieron del arco opositor en el Palacio Vasallo y de la agrupación Giros, que lleva adelante varias iniciativas sociales, productivas y culturales en ese territorio.
El plan aprobado ayer contempla un uso predominante residencial de la tierra, en la modalidad de vivienda colectiva o unifamiliar, lo que incluye unidades “sociales” destinadas a familias que actualmente ocupan los predios, además de hotel o appart hotel, clubes, alojamientos para delegaciones deportivas, comercios, emprendimientos sociales, educativos o deportivos comunitarios. Prevé la construcción de unas cinco mil unidades habitacionales, y se especifican tres tipologías de viviendas: unifamiliares, loteo individual para viviendas variadas y colectiva con espacios comunes (bloques de 3 o 4 pisos).
El municipio fijará los trazados de calles, en terrenos que deberán ser donados por los desarrolladores, lo mismo que espacios para equipamientos comunitarios.
El proyecto oficialista, que fuera presentado por la ex secretaria de Planeamiento Mirta Levin, contó con el aval de todos los socialistas, los radicales de diferentes bloques Boasso –de anteriores fuertes críticas a la iniciativa–, María Eugenia Smuck, Gonzalo del Cerro (aliado al socialismo) y Daniela León, además de los ediles del PRO Laura Weskamp, Alejandro Rosselló, María Julia Bonifacio y Rodrigo López Molina. La kirchnerista Norma López se abstuvo, y rechazaron Cavallero y María Fernanda Gigliani, del Partido del Progreso Social; Osvaldo Miatello y Diego Giuliano, de Encuentro por Rosario, y el arista Alberto Cortés.