En Rosario ya son más de 14 mil las familias que de una u otra forma están vinculadas al Programa de Economía Solidaria que coordina la Municipalidad junto a un centenar de organismos y ONGs, y que para este año prevé ampliar su abanico de opciones con la promoción del ecoturismo y el acceso al monotributo agropecuario para visibilizar a los integrantes del proyecto de huertas comunitarias. Pero el crecimiento de este tipo de actividades no es sólo cuantitativo: desde el oficialismo se destacó que, a los iniciales actores que se embarcaron en las varias alternativas de producción de baja escala corridos por la crisis de 2001 se vienen sumando en los últimos tiempos gran cantidad de jóvenes a las propuestas, que abarcan desde artesanías, vestimenta, alimentos, reciclado y pesca, hasta cría de animales y redes de comercialización.
Luego de trazar el tradicional balance anual de su área, Susana Bartolomé, subsecretaria de Economía Solidaria de la Secretaría de Promoción Social, explicó a este medio que el proyecto creció “debido al éxito que han tenido los que trabajan para el mismo”. A su vez, remarcó que son muchos los jóvenes que se han sumado a la propuesta municipal, “porque a través de ésta pueden ser sus propios gestores de empleo, no depender de un jefe y dar rienda suelta a su diseño, a su producción, a su emprendimiento”. Tal es el caso –apuntó– de las mujeres que durante el año pasado se sumaron a las ferias de Economía Solidaria: “Esto comenzó para ellas como un complemento a su trabajo habitual, y cuando vieron las posibilidades que tenían de seguir creciendo, dejaron de ser empleadas para ser microemprendedoras y sus propias jefas”, comentó la subsecretaria.
La funcionaria remarcó que a lo largo del año que terminó, Economía Solidaria trabajó con más de cien instituciones u organismos estatales para el despliegue de las distintas aristas de este proyecto que cada vez se expande más (ver aparte). Según las autoridades, estos beneficiarios cuentan con seguimiento permanente por parte de los promotores de cada distrito municipal y los programas específicos.
Desde la Subsecretaría se dictaron cursos de capacitación para estos emprendedores teniendo en cuenta sus demandas concretas, así como las falencias detectadas por los equipos de trabajo de cada área que permitieron optimizar el desarrollo y rendimiento de los diferentes proyectos. En este sentido, se realizaron 45 capacitaciones que versaron sobre producción, comercialización, armado de proyectos, empleabilidad y cooperativismo.
Ahora, títulos y redes sociales
Bartolomé advirtió que lejos del concepto básico de esta ayuda solidaria para que las familias refloten su economía desde la crisis, muchos de los nuevos integrantes del proyecto son jóvenes. “Incluso, gran parte de ellos tiene estudios universitarios. Si bien sigue predominando el grupo de personas carentes de recursos que busca una manera de subsistir a la crisis económica, con aquellos otros que ven esta vía como una de lanzar su creatividad, la brecha es mucho menor. Los jóvenes, con sus amplios conocimientos de internet y redes sociales, han logrado vender su producción por medio de espacios como Facebook o blogs”, abundó la funcionaria.
La reciente feria de Navidad que organizó el programa municipal permitió a su vez conocer la historia de algunos de estos jóvenes, quienes vendían ropa en su hogar en el marco de reuniones con amigos, pero al ingresar a Economía Solidaria crearon un usuario de Facebook para su marca y desde entonces el contacto con los clientes ha sido mucho más fluido. “Publicamos las fotos de nuestras prendas y quienes las ven saben que tal día y en tal lugar nos encuentran en la feria, así hemos realizado muchas ventas, la feria es una especie de vidriera para cualquier producto”, detallaron los participantes.
A la par de estos nuevos integrantes, la Municipalidad continúa trabajando con aquellas personas que quedaron sin empleo después de la debacle de 2001. Tal es el caso de Isabel, quien había participado de los clubes de trueque que se instalaron a comienzos de 2002 en distintos galpones de la ciudad. La mujer refirió que gracias a este intercambio de productos su familia pudo alimentarse y ella pudo dar vuelo a su producción de budines y panes, los que vendía por unos pocos pesos. “Gracias al trueque, mi familia pudo comer todos los días”, se mostró agradecida.
Mientras tanto, se sigue capacitando a aquellos que deciden aprender variados oficios, como panificación, artesanías y confección de vestimenta, con el objetivo de tener un ingreso económico y sostener a su familia. Una de las particularidades registradas a los largo del último año fue la voluntad de los emprendedores de darle un toque de distinción a los productos que venden en las ferias. “Antes, los puestos de productos de panificación o pastelería tenían propuestas muy sabrosas pero básicas, hoy sabemos que podemos encontrar dulces de arándano y tortas o panes integrales, refinados, con ingredientes mucho más cercanos al estilo delicatessen”, relató Bartolomé. Y remarcó que en 2011 se puso énfasis en la presentación de los productos, sean comestibles o no, un valor agregado que se profundizará con fuerza este año.
“Ya se tiene la capacitación, ahora es momento de perfeccionarla, de presentar al público un producto, cual sea, con mayor calidad, y eso tiene que ver también con el packaging y el trabajo de fortalecimiento de la producción, que intensificamos durante este año y le daremos un nuevo espacio y vitalidad el año que viene”, añadió la subsecretaria.
“En el transcurso de 2011 se trabajó intensamente el aspecto de la comercialización en varios sentidos, entre ellos destacamos la capacitación inherente a esta cuestión clave de la producción, que permitió a los emprendedores, que se acogieron a ella, poder manejar determinación de costos, stock, diversificación de producción en función de la demanda, packaging y, por otro lado, la refuncionalización de las ferias (distritales y turísticas), unificando estética y promociones, entre otros puntos”.