El subsecretario de Estado parala Presidenciadel Consejo de Ministros de Italia renunció ayer para defenderse de quienes lo acusan de haber aceptado en 2007 y 2008 que le pagaran su hospedaje en hoteles de lujo en Toscana. El gobierno de “técnicos” de Mario Monti, que no fue elegido por el voto popular y se jacta de no tener a políticos entre sus filas, da un paso en falso en esta oportunidad.
Varios periódicos afirmaron, en estos días, que cuando Carlo Malinconico era secretario general dela Presidenciadel Consejo de Ministros de Romano Prodi (2006-2008) las facturas de una de sus estadías en un hotel de lujo dela Toscanalas pagó Francesco de Vito Piscicelli, un empresario luego investigado por delitos de corrupción.
Malinconico tomó su decisión después de mantener una reunión con el primer ministro, Mario Monti, convocada a raíz de la polémica surgida por los gastos realizados en el hotel Pelícano de Porto Ercole que, según la prensa, ascendieron a 20.000 euros. El gobierno de tecnócratas que dirige en estos momentos Italia informó en un comunicado de que el funcionario renunciante aseguró a Monti que su conducta fue “correcta”, y que decidió dejar su cargo para poder defender mejor su “imagen” y su “honorabilidad” y para “proteger la credibilidad y la eficacia de las acciones del Ejecutivo”.
Monti aceptó la renuncia y agradeció al subsecretario el “sentido de la responsabilidad” que demostró al “anteponer el interés público a otras consideraciones”, así como “su contribución a la labor del gobierno”. Malinconico insistió en su inocencia : “Nunca hice favores a los personajes implicados” en la investigación por corrupción. Y añadió: “Me enteré ahora de que Piscicelli habría pagado, por iniciativa propia y por razones que ignoro totalmente, algunas de mis alojamientos en el hotel Pelícano”. Según el subsecretario renunciado, al marcharse del hotel le dijeron que alguien había pagado sus facturas, pero no sabía quién.
En tanto, el gobierno de “antipolíticos” formado por Monti no puede sacar al país de la crítica situación mientras las agencias de calificación amenazan con bajarle la nota junto con España. La agencia de calificación financiera Fitch confirmó ayer que antes del 31 de enero concluirá la revisión de las notas soberanas de los seis países de la eurozona, incluidos España e Italia, amenazados desde finales de 2011 con una rebaja de hasta dos escalones. La agensia estimó que la situación de Italia, cuya nota actual es “A+”, es la más preocupante debido al peso de su “colosal” deuda por lo que hay una “posibilidad importante de que esta nota sea rebajada” antes de fin de mes. El rating de España ya está en negativa.