Las tarifas de los micros de larga distancia aumentarán antes de que termine el verano como consecuencia de que el gobierno nacional decidió quitarles el millonario subsidio al gasoil que recibieron en los últimos años, y así deberán pagar el combustible a precio pleno.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner decidió así dar un nuevo paso en la eliminación de subsidios estatales, y seguir achicando los 70.000 millones de pesos anuales que el Tesoro nacional debe destinar a ese fin.
La eliminación del gasoil a precio diferencial fue confirmada desde las dos entidades más representativas del sector: la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi) y la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta).
Las compañías de transporte que prestan servicios interurbanos, que hasta ahora reciben el 60 por ciento del combustible que consumen a un valor subsidiado de 97 centavos de peso por litro, tendrán que salir a partir de mañana a abastecerse de la totalidad del gasoil a los precios plenos que marcan los surtidores de las estaciones de servicio.
Ahorro estatal de 40 millones por mes
La decisión de suprimir los subsidios al gasoil que se venían aplicando desde mediados de 2002 representará un ahorro para el erario público promedio de 40 millones de pesos mensuales, es decir casi 500 millones anuales.
Entidades de defensa del consumidor y compañías transportistas estimaron que este ajuste dispuesto por el gobierno implicaría una suba en los precios de los pasajes que oscila entre el 15 y el 20 por ciento en relación a los valores actuales, que cuentan con tarifa subsidiada.
Es que las compañías de larga distancia advirtieron que no están en condiciones de absorber el mayor gasto derivado de la provisión de gasoil a los valores de mercado y que no les quedará otra salida que empezar a cargar ese impacto en las tarifas finales de los boletos.
Las empresas del sector estiman que antes de que termine el verano los pasajes van a reflejar los mayores costos provocados por la quita de los subsidios al gasoil.
La implementación de la medida a mitad de mes les genera un problema operativo adicional a los empresarios, porque casi todos los pasajes ya están vendidos hasta principios de febrero con una tarifa que no contemplaba el mayor desembolso por el combustible que deben afrontar a partir de ahora. A eso se suma que el 40 por ciento del gasoil que compran a precio de mercado y que las petroleras entregan en las terminales, incluye un recargo por flete que oscila entre 50 centavos y 1 peso, según estimaron desde las principales cámaras patronales del sector transportista.