Hace un mes don Tito dejó de cuidar el extenso terreno ubicado entre los barrios Acindar, Alvear yla Vía Honda, a la altura de Avellaneda al 4300, en la zona sudoeste de la ciudad. Su ausencia desembocó en una usurpación de esas tierras: el domingo por la noche, unas 200 familias se instalaron en el lugar y comenzaron a lotear. El hombre criaba unas vacas pero se tuvo que ir a la norteña localidad de Reconquista para cuidar de su familia. Hasta su partida, las tres hectáreas –propiedad del municipio, un privado y el ferrocarril– sólo servían como pulmón verde de la zona habitada por carreros y changarines en su mayoría. Con palos, cuerdas y bolsas de plástico, hombres y mujeres del lugar delimitaron con meticulosidad los lotes, cada uno de 9 por12 metros, donde amenazaban con comenzar a construir casillas. Ayer por la mañana, el director de Control Urbano municipal, David Sánchez, trató de frenar el “avance inmobiliario”: dialogó con los ocupantes y acordó una reunión para mañana en el Centro Municipal de Distrito Sudoeste con la condición de que no comiencen a construir viviendas.
La toma de terrenos respetó dos canchas de fútbol, una 7 y otra de 11. Según los vecinos del barrio, la primera es de “los argentinos” y la segunda de “los paraguayos”, que en esa zona del sudoeste de Rosario conforman una nutrida comunidad. En el mediocampo de la cancha de 7, casi 100 personas recibieron a las autoridades municipales con escolta de personal de la comisaría 18ª, con jurisdicción en la zona. Allí, Sánchez exhortó: “Vamos a atender las necesidades de cada familia pero no queremos «avivados». Tienen que nombrar entre 7 y 10 representantes para canalizar sus problemas por las vías administrativas del municipio. Ésta no es la manera”. Frente a esto, los ocupantes aseguraron que esas tierras hace más de 40 años que no están ocupadas y que sólo se habían hecho del lugar por necesidad. “Aquí también votamos a la intendenta. ¿Dónde están los proyectos para nosotros? No tenemos cloacas ni agua”, apuntaron varios vecinos mientras dialogaban con Sánchez.
El conflicto se hizo visible el domingo por la noche, cuando personal de la comisaría 18ª junto con Control Urbano logró desalentar la usurpación de 35 viviendas que el Servicio Público dela Vivienda(SPV) construye a pocos metros de ese descampado. Sin embargo, nada se pudo hacer para evitar que los vecinos ocuparan las tierras de Avellaneda al 4300.
Según explicó a El Ciudadano el director del SPV, Raúl Álvarez, las viviendas forman parte del plan de relocalización Rosario Hábitat que entregó 209 casas a familias del barrio Itatí. “La usurpación no llegó a las 35 casas que en menos de un mes se entregarán a las familias de Itatí ya adjudicadas”, confirmó Álvarez.
Especulación inmobiliaria
En diálogo con este diario, Patricia y Carolina, que viven frente al terreno en cuestión, aseguraron que no todas las familias que “lotearon” son del barrio ni tienen necesidad de vivienda. “Lo hacen para que les otorguen el terreno y después lo venden. Ayer (por anteayer) a la noche ofrecían un lotecito a 1.000 pesos “, dijo Carolina, quien se enteró de la maniobra por los “avivados”.
“No queremos conflictos con las personas que de verdad tienen la necesidad de ocupar, pero nos molesta saber que otros vienen a hacer negocios en un lugar que sirve para jugar a la pelota”, añadió Patricia.
Según apuntó el director de Control Urbano, muchos vecinos de la zona resisten la ocupación y desean mayor presencia del Estado. “Muchas personas estaban preocupadas por los asentamientos. Hay vecinos que pujan por la apertura de una calle –Cagancha–, cloacas y servicios”, detalló Sánchez, quien adelantó que mañana a las 12, en el CMD Sudoeste –Francia y Acevedo–, funcionarios municipales, probablemente dela Secretaríade Gobierno y dela General, recibirán a los representantes de los ocupantes de las tierras. En esa oportunidad, profundizó Sánchez, se dará respuesta a las necesidades que plantee cada familia.