El grito de indignación de Gregorio de Falco es la frase que más se ha escuchado en Italia en las últimas horas. El comandante de la Capitanía de Livorno ordenó así al capitán del Costa Concordia que volviera al crucero, del que huyó tras el naufragio.
La frase elevó a De Falco, de 46 años, a la categoría de héroe. Su orden, imperiosa y tajante, no sólo triunfa en las redes sociales, donde ya han surgido decenas de bromas y parodias que se inspiran en las palabras del comandante. Esas cuatro palabras también aparecen en una camiseta que se vende en Internet por u$s 16,50.
Pero De Falco no se considera un héroe. El oficial de la Capitanía de Livorno asegura que fue otra persona la que se dio cuenta de que algo no iba bien en el «Costa Concordia».
Se trata de su subcomandante, Alessandro Tosi, quien a las 22.07 horas del pasado viernes le dijo: «Comandante, aquel crucero va demasiado despacio… ¿Qué hace a seis nudos por hora en una ruta invertida? ¡Llamémoslos, allí hay un problema».
Cuando desde Livorno llamaron al puente de mando del barco para interesarse por la lenta navegación del buque, el capitán Schiettino contestó que sólo se trataba de un «problema técnico». «Me percaté que mentía por el tono de su voz», explicó De Falco, que además podía escuchar los gritos lejanos de la gente que pedía socorro.
Así, el comandante de Livorno se dio cuenta de que Schiettino no estaba en el crucero y le instó a volver al barco con una frase que pasará a la historia del siniestro del «Costa Concordia», una tragedia en la que los italianos han encontrado un gesto de épico para mitigar la vergonzosa actuación del capitán del barco. «Abandonar el barco es más que desertar, es traicionar el Código Marítimo», explicó el comandante a los medios de su país.
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