El capitán del crucero «Costa Concordia», Francesco Schettino, acusó a Costa Crociere, la compañía dueña del barco, de haber planeado y ordenado la arriesgada maniobra que provocó el accidente.
Schettino declaró la semana pasada ante un tribunal que el viraje ante la isla de Giglio que derivó en el encallamiento había sido «planeado y ordenado por Costa antes de que el barco partiera de Civitavecchia».
Con rutas que transcurren muy cerca de la costa «nos hacemos publicidad», agregó el capitán, quien continúa bajo arresto domiciliario.
Maniobras de este tipo se dieron siempre ante las costas de «Capri, Sorrento y en el mundo entero», dijo Schettino ante la juez de instrucción el pasado martes. Tras su declaración salió de prisión y fue puesto bajo arresto domiciliario.
La fiscalía quiere interponer un recurso al respecto y espera que los datos y conversaciones grabadas en la caja negra le den la razón.
Sin embargo, será difícil, según Schettino, que aseguró ante el tribunal que desde hacía 15 días no funcionaba la grabación de conversaciones. «Pedimos a un técnico que solucionara el problema, pero ello no ocurrió», explicó.
Al mismo tiempo, el capitán justificó haber tardado más de una hora en hacer una llamada de emergencia a la vigilancia costera. «Debemos actuar con seguridad, no quería enviar a los pasajeros al mar ni desatar el pánico (si no era necesario), pues habría habido muertos de forma innecesaria», remató.